La astrología dejó de ser un tema circunscripto a un puñado de entendidos en el oscurantismo y lo esotérico para volverse algo popular. Es que la astrología moderna se fue acercando a lo psicológico y muchos la estudian para bucear en el propio ser. No es casual entonces que en la capital mundial del psicoanálisis los alumnos interesados en los astros se multipliquen sin parar. Ya no se trata de científicos ligados a las matemáticas ni de brujas excéntricas, los estudiantes son jóvenes profesionales que buscan poder entenderse a sí mismos.
La explosión es clara. En el Centro Astrológico de Buenos Aires los cursos no dan abasto con sus más de 250 alumnos y planean extender todos sus horarios. Lo mismo en Casa XI, donde cada año se inscriben unos 100 estudiantes nuevos. En la televisión está el programa Signos en horario central, y las redes sociales sin duda empujan el crecimiento. Mía Astral tiene más de 600.000 seguidores en Facebook. Pablo Tellias -guionista de Signos- tiene 15.000 seguidores en FB y en el canal de Youtube Astrohumor tiene 6.000 suscriptores.
Telias también da clases: “Creció muchísimo la cantidad de alumnos, y son distintos, muchos profesionales, la mayoría mujeres. Vienen por una búsqueda espiritual, porque más allá de la profesión y el trabajo, siempre hay un vacío, y con la astrología te metés en lo humano, vas a lo profundo. Se puede indagar en la propia personalidad sin hacer tantos años de terapia”.
Alejandra Eusebi, al frente del Centro Astrológico de Buenos Aires, también habla de cómo se pasó de una astrología dura, de hombres, a otra más humanística: “La gente quiere conocerse a sí misma. Son alumnos jóvenes, abiertos, con mucho manejo de la tecnología. La astrología es energía pura, es dinámica, es decir, uno la puede cambiar, y eso es lo que se busca”. Eusebi igual deja en claro que si detectan alumnos con problemas estructurales de base, les sugieren consultar con un profesional: “La astrología puede ayudar hasta determinados niveles, después, nosotros tenemos la obligación de decirle que vaya a un psicólogo”.
“En la medida en que la astrología moderna pone el énfasis en lo psicológico y en el autoconocimiento, probablemente la fuerza y popularidad que tuvo el psicoanálisis en Buenos Aires, haya ayudado a que la astrología haya despertado y siga despertando cada vez mayor interés -dice a Clarín Jerónimo Brignone, 30 años de actividad en la comunidad astrológica, autor de libros, profesor de la Universidad de Buenos Aires-. Los estudiantes se acercan por curiosidad, por una sospecha de que allí se encuentran verdades trascendentes que permiten encontrar explicaciones más satisfactorias al misterio de la vida y de las
propias existencias, inclusive desde lo psicológico”.
Joe Fernández canta, y también es astrólogo. Sacó un par de libros del tema. el último Horóscopo 2016, que sólo en un mes agotó la primera edición, así que van por la segunda. El éxito se explica porque habla de una astrología cotidiana, actual, apta para todo público. “No me interesa tanto la astrología predictiva, eso de que te vas a casar, tener tres hijos, ir a Europa.... sino más bien la humanística, la que te lleva al conocimiento individual”, explica. Y relaciona este autoconocimiento con cierto egoismo de época: “Antes se estudiaba para los demás, ahora se estudia para conocerse a uno mismo, y está buenísimo”.
Los especialistas hablan de la energía que nos constituye, de cómo se puede aprender a direccionarla para estar bien con uno mismo, con los compañeros del trabajo, con la familia, con la pareja. Y dejan en claro por qué sobresalen las estudiantes mujeres: ellas son más intuitivas, empáticas y emocionales, y les interesa indagar en lo vincular, en las relaciones. Pero de a poco los varones van dejando de lado el escepticismo y también se acercan, sobre todo los más jóvenes.
(FUENTE: clarin.com)
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