Durante el resto del año son el pescadero, el panadero o el electricista pero en los días y semanas previos a la Navidad se transforman en la encarnación del mal que ha venido a la tierra para llevarse a los niños malos. Así es Krampus, un personaje folclórico de origen pagano en cuyo homenaje se celebran fiestas populares con el mismo nombre en Alemania, Austria, Eslovaquia y la Republica Checa.
Se trata de una tradición profundamente arraigada en Europa central y del este con orígenes precristianos en la que los vecinos se caracterizan de Krampus disfrazándose con trajes de piel de carnero, máscaras demoniacas y cuernos de cabra mientras deambulan por las calles aterrorizando a vecinos y turistas.
Krampus es un festejo que no cuenta con una fecha fija ni con un programa estandarizado. Los vecinos de cada localidad eligen la forma que tomará esta celebración. Mientras que en las calles de Kaplice (República Checa) se organiza un gran desfile, una suerte de cabalgata de los Reyes Magos en versión terrorífica, en otras poblaciones los demonios deambulan por las calles en solitario o en pequeños grupos aterrorizando a sus vecinos.
Este es el caso de la localidad de Virgen en Austria. Una población en la que los vecinos se visten de demonio durante la noche para campar a sus anchas por las calles increpando, molestando y llamando a las puertas de los vecinos.
Aviso a los refugiados de guerra sirios
Con el paso de los años, los disfraces han alcanzado un alto nivel de realismo. Un hecho que ha obligado a los vecinos de pueblo a pedir a los refugiados de guerra sirios que no se asusten del Krampus.
En esta localidad austriaca, la práctica se lleva algo más al extremo que en otros lugares y los Krampus se dedican a llamar a las puertas de los vecinos y a placar a los paseantes descuidados en las calles del pueblo.
"Cuando los Krampus deambulan por la ciudad, habitualmente luchan contra la gente para tirarla al suelo. Esto simboliza la abducción de los niños malos", comenta el presidente de un club de Krampus en Virgen, Kurt Glaenzer, a la NBC.
Para evitar posibles malentendidos, los 22 refugiados en el pueblo recibieron una charla informativa de una trabajadora social y una interprete que les explicó cómo deberían comportarse en caso de que el Krampus llamase a sus puertas.
Origen del Krampus
"En la primera semana de diciembre, el buen San Nicolás [Papá Noel en el folclore germánico] deambula por las calles con sus diabólicos y malvados compañeros llamados Krampus", explica Glaenzer el origen de la tradición.
Esta criatura es en esencia la antítesis de Santa Claus: una bestia antropomorfa medio cabra, medio demonio que ataca a la gente por sus malas acciones. En especial, el folclore local cuenta que se lleva a los niños que se han portado mal, ocupando una posición similar a El Coco en los cuentos infantiles de España.
En un artículo de National Geographic explican los orígenes de esta criatura. Su nombre proviene de la palabra alemana krampen, que significa garras. Además también es el hijo del dios Hel de la mitología nórdica. Una bestia legendaria que también comparte características con otras temibles y demoniacas criaturas de la Grecia clásica como los sátiros y los faunos.
En la cultura popular
Pese a que se trata de una figura profundamente arraigada en la cultura popular centroeuropea, la festividad estuvo prohibida durante largos periodos de tiempo. La iglesia católica presionaba de manera recurrente a los gobernantes para poner fin a estos festejos paganos. Asimismo, este folclore también estuvo prohibido durante la Alemania Nazi del Tercer Reich por considerarse un a festividad impulsada por los socialdemócratas.
En los últimos años, Krampus ha ido entrando en la cultura popular estadounidense a través de su aparición en fiestas temáticas, en artículos de merchandising y regalos navideños.
(FUENTE: elmundo.es)
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