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domingo, 6 de noviembre de 2016

Lanza una moneda al agua, suerte o superstición: ¿De dónde viene la tradición?


No es de extrañar que el agua y las monedas figuren en tantas supersticiones y profecías si tenemos en cuenta que, a lo largo de la historia, el agua ha sido símbolo de la fertilidad y las monedas el de la buena suerte. Pero, ¿de dónde viene la tradición de lanzar una moneda al agua?

Lo cierto es que el origen exacto de esta costumbre no está muy claro, aunque todo parece apuntar a los romanos, nuestros queridos inventores de los sistemas de agua potable mediante los acueductos. ¿Quién no ha oído hablar de la historia sobre lanzar tres monedas a la fuente de Roma o del Pozo de los deseos? Esta costumbre, a la que podríamos llamar también superstición, tiene su origen en una antiquísima tradición por la que se creía que el agua estancada tenía propiedades curativas. Es más, en las civilizaciones primitivas, a los recién nacidos se les sumergía en un lago o un río; costumbre que aún persiste en el rito bautismal.

El pueblo Celta fue uno de los que más ayudó a difundir esta creencia, convirtiéndose en una de sus costumbres lanzar una piedra en un lugar con agua estancada y ver cuántas burbujas brotaban o escuchar el ruido que hacía y, dependiendo del número, creían que les iría mejor o peor.

En la antigüedad, dadas las creencias sobre las propiedades del agua, los deseos que se pedían estaban relacionados con la salud. Sin embargo, a medida que el tiempo avanzó y las civilizaciones evolucionaron esta tradición también cambió, sustituyendo las piedras por monedas y los deseos sobre salud por un amplio abanico de todo tipo. Este cambio de objeto tiene dos teorías: La primera es que es mucho más probable que alguien lleve una moneda encima que una piedra; y la segunda, que siempre han sido consideradas como símbolos de porvenir (¿Quién no tiene una moneda de la buena suerte? ¿Y quién es el valiente que la gasta?).

En la actualidad, lanzar una moneda al agua se ha convertido en una costumbre ligada al hecho de visitar como turista algún lugar. Como dato anecdótico, se calcula que la recaudación de todas las monedas lanzadas en fuentes, pozos o cualquier otro lugar turístico por todo el planeta puede superar los 10 millones de euros.

Así pues, bien en solitario, en pareja o en familia, si encontramos una fuente (y si es un emblema de la ciudad mucho mejor), una fuerza sobrenatural, llámese superstición, creencia, entretenimiento o “por si acaso”, nos empuja a pedir un deseo y hacer volar la moneda directa al agua. ¿Qué podemos perder?

(FUENTE: iagua.es)

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