El Tribunal Supremo de Malaui ha prohibido cualquier práctica de brujería en el país para intentar poner fin a la ola de ataques contra los albinos, que son asesinados y mutilados para utilizar partes de su cuerpo en pócimas y rituales, han informado este jueves los medios locales.
El Supremo emitió el fallo después de que un grupo en defensa de los derechos de los albinos presentara una demanda ante el creciente número de ataques en Malaui, donde 18 albinos han sido asesinados desde el año pasado.
El juez Dingiswayo Madise ha detallado que esta medida restringe la actividad de brujos, curanderos, adivinos o cualquier persona que practique la magia.
Además, ha ordenado a los medios de comunicación locales que eliminen cualquier tipo de publicidad en la que se ofrezca servicios de brujería.
Malaui, donde sigue muy arraigada la creencia de que los huesos de los albinos tienen poderes mágicos, ha vivido recientemente numerosas protestas en apoyo a la comunidad albina, que en los últimos meses ha sufrido un gran número de ataques.
Los casos más recientes
El último de ellos ocurrió la semana pasada, cuando encontraron el cadáver de un hombre albino con sus extremidades mutiladas en el centro de Malaui.
Otro caso conmocionó a la población el pasado mes de abril, cuando hallaron el cráneo, los dientes y la ropa de una niña albina de dos años que fue secuestrada mientras dormía con su madre en la localidad de Chiziya, también en el centro del país.
Durante las protestas, los manifestantes criticaron a las autoridades de Malaui y a la experta de la ONU en derechos de la gente con albinismo, Ikponwosa Ero, a quien reprochan que no esté dando ninguna protección a esta comunidad.
Una lacra que persiste
A pesar de las condenas internacionales contra estos asesinatos y las promesas de las autoridades nacionales de intensificar la protección a la comunidad albina, los ataques siguen atemorizando a los cerca de 10.000 albinos que viven en Malaui, uno de los países más pobres del mundo.
La ONU advirtió el pasado año de que los ataques y asesinatos de albinos se habían recrudecido en varios países de África Occidental, donde las personas que padecen ese transtorno genético viven cada vez más en el terror, evitan salir de sus casas y los niños afectados se ven forzados a abandonar la escuela.
(FUENTE: abc.es)
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