61% de las personas siente desconfianza cuando ve a su pareja sumergida en redes.
Quién es esa que puso like en tu foto?”. “¿Lo que pusiste en Twitter es una indirecta para mí?”. “¿Por qué cambiaste tu contraseña, me estás ocultando algo?”. Son preguntas frecuentes entre algunas parejas, hoy, en tiempos de redes sociales.
Estas últimas se han convertido en una especie de tortura autoinflingida para los más inseguros o los celosos, que las ven como un medio adicional para controlar lo que hace su pareja.
De ahí que ahora exista un síndrome que podría llamarse ‘Celos 2.0’.
Haga este mini test para ver si lo padece: ¿Ha dudado de su pareja por no contestarle pronto después de enviarle un mensaje de chat? ¿Ha tenido una pelea con su pareja por una foto o un comentario cariñoso hacia otra persona? ¿Le ha reprochado porque en su Facebook o Instagram no tiene muchas fotos con usted, pero sí conserva fotos con su ‘ex’, así sea de un álbum de los años de la prehistoria? Si respondió “sí” a al menos una pregunta, usted tiene ‘Celos 2.0’.
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No es necesario revisar los bolsillos, el saco de la pareja o controlar sus horarios. Para eso están Facebook, Twitter, los sitos de Internet de citas y el correo electrónico, capaces de potenciar los celos hasta de los más relajados.
Se cree q ue uno de cada cinco noviazgos termina vía Facebook. Un estudio de psicólogos de la Universidad de Guelph, en Canadá, reveló que hay una fuerte relación entre el aumento en los celos y la sospecha con el uso de ‘Face’.
La información que se obtiene por dicho medio ha provocado que más de un 60 % de las relaciones de noviazgo en Estados Unidos de jóvenes alrededor de 20 años de edad terminen.
51% de parejas se reconcilian por las redes.
Cazadora de infidelidades
“Ojos que no ven, Facebook que te lo cuenta”, dicen por ahí. Que lo diga Mónica*, quien ‘atrapó’ en una mentira a su novio, a través de la clave que él usaba para su gmail y que él había facilitado un día para que enviara un correo desde allí.
Al estar el email conectado con su Android ella podía acceder a toda la información que él había buscado en el día, como las direcciones que averiguaba en el Google Maps, los domicilios que había pedido o los servicios que había adquirido. Así sabía cómo era la rutina diaria del chico. ¿Enfermizo? Tal vez. Pero así descubrió que su novio le había sido infiel.
El uso excesivo de Facebook puede desembocar en infidelidades sentimentales y sexuales, ruptura de la relación y divorcio.
El mundo virtual se presta más para establecer contacto con muchas personas e, incluso, para cometer infidelidades o ‘cazarlas’. Es suficiente con un Smartphone para chequear, minuto a minuto, lo que hace la pareja; dónde se encuentra (si tiene el GPS activado en su teléfono), ver cuándo fue la última vez que se conectó al chat (si no ha inhabilitado esa opción) y si ya leyó nuestro mensaje (si no ha desactivado el chulo azul).
Para los estudiosos del comportamiento humano las redes sociales funcionan como un botón que se activa ante personalidades controladoras, esas que no han pasado ni dos meses de relación y ya están interrogando a su pareja sobre quién es ese nuevo amigo que agregó a Facebook.
47% de las personas sufre de celos por mensajes virtuales.
Pero a cualquier persona puede afectarle su ánimo lo que vea en las redes, ya sea positivamente, ante una publicación, un comentario o una foto agradable; o negativamente, al encontrar información que produce tristeza o decepción.
“El que lee lo que no debe, se entera de lo que no quiere”, reza el dicho. Y las redes sociales sí que pueden dar a lugar a malentendidos que afectan la relación. Según un estudio de la U. de Kansas, compartir mucha información personal en red disminuye la intimidad y la satisfacción de la pareja.
¿Cómo manejarlos?
La sexóloga Alessandra Rampolla explica que “hay formas de manejar estos celos 2.0: “Lo primero es identificar que se trata de una problemática real”. La prueba de los efectos de las redes sociales se evidencia en las estadísticas de divorcios del Reino Unido, donde una de cada tres parejas que se separan, entre las razones de la demanda incluyen las palabras ‘red social’.
“La comunicación entre las parejas es muy distinta a la de hace 20 años. Todos estamos pegados a Facebook y a Whatsapp, y aunque la tecnología puede facilitar la interacción, en ocasiones puede no ser buena para las relaciones”. Por eso aconseja “identificar el problema y negociar sobre cuál va a ser el manejo de las redes sociales en pareja. Lo que he visto es que cada uno las maneja como le da la gana, sin tomar en cuenta al otro”.
Ella propone preguntarse uno al otro: ¿Te sientes cómodo si publico esto? ¿Vas a respetar tus límites y yo los míos? Y llegar a un acuerdo para que ambos se sientan cómodos. Así se evita “un montón de espacio para nebulosas, para cosas escondidas e infidelidades potenciales”. Está en cada pareja determinar sus límites.
“Las parejas deben llegar a acuerdos sobre el uso de las redes sociales”, Alessandra rampolla, sexóloga.
(FUENTE: elpais.com.co)
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