‘La Oficina’ es el nombre de la organización criminal más grande de Colombia, y una de las más temibles del mundo. Es un poderoso nucleamiento conformado por más de 200 grupos delictivos de aquel país, que maneja a sangre y fuego no sólo el narcotráfico, sino que también tienen ‘negocios’ con la venta de armas, la trata de personas y el juego clandestino.
El reciente detenido Henry de Jesús López Ondoño, conocido por su alias ‘Mi sangre’, era una verdadera autoridad en la organización, donde no hay un jefe máximo. Su llegada a la Argentina se relaciona a una estrategia con fundamento en el lavado de activos y el objetivo de armar una base en el sur del continente.
Se calcula que enviaba mensualmente unos 90 millones de dólares. Aquí, vivía esquivando posibles capturas, en cinco casas, con diez autos blindados y sometiéndose a cirugías. Es que una bruja argentina le había anticipado su final, y vivía obsesionado. Incluso, hay fuertes sospechas que ligan los homicidios de dos tarotistas colombianos, el mismo día de junio pasado en Capital Federal y Rosario, con el miedo del capo narco apresado el martes en Pilar.
Fuentes judiciales que siguen la causa de ‘Mi Sangre’, que arrancó hace tres meses con el alerta de las autoridades policiales colombianas y la agencia DEA estadounidense sobre el arribo al país de altos mandos de ‘La Oficina’, explicaron que los ‘antecedentes de López Ondoño revelan una personalidad fuertísima dentro del crimen colombiano, con mucho poder e influencias, respetado por los otros grupos’, agregando que ‘es un experto en corromper para lograr sus objetivos, y la sospecha de su estadía en Argentina es que la organización le habría encomendado encargarse de una base local para traficar a Europa y los Estados Unidos’.
Desde Colombia, informaciones periodísticas sostienen que ‘Mi sangre’ enviaba a ese país una suma mensual que rondaría los 90 millones de dólares desde nuestro país.
Al margen del golpe que significó la captura de ‘Mi Sangre’, que podría derivar en un efecto cascada o bien un corrimiento de los planes en Argentina hacia otros países, hay una historia oscura y sangrienta, con pactos satánicos, ‘blindajes’ realizados por chamanes y la consulta permanente a brujos, no sólo para esquivar cualquier problema con la ley, sino también para protegerse de competidores y hasta encargarles el cuidado ‘espiritual’ de las operaciones.
Marcos es una brujo argentino, que trabaja en la localidad de Vicente López y tiene entre sus clientes a personajes importantes. El se define como ‘ayudante espiritual’. Reconoce que no llegó a ocuparse de los ‘negocios’ de López Ondoño, sin embargo conoce a una ‘colega’ argentina que fue consultada por el colombiano. ‘Se sabía que él se movía con sus propios brujos, que los había traído de su país. Son varios. Pero igualmente estaba obsesionado. No daba paso si antes no realizaba conjuros o rituales. Pero tuvo complicaciones. Desde hace dos meses venía escapando de una captura.
Por eso consultó a esta mujer, que le anticipó la detención. Esa es la razón por la que está tan tranquilo’, dijo Marcos.
La historia de ‘Mi sangre’ en Colombia siempre estuvo ligada con cuestiones espirituales. En rigor, la mayoría de los capos del narcotráfico tiene sus brujos favoritos. De López Ondoño se sabe que empezó a consultarlos siendo muy joven, en la adolescencia, cuando se introdujo en el mundo del delito y posteriormente en el grupo ‘Los Urabeños’. En esos tiempos se habría sometido a un ‘blindaje’ satánico. casualidad o no, su ascenso en la banda fue imparable, tanto que se ganó el respeto de los componentes de ‘La Oficina’.
Aunque son dos causas que en apariencia no se relacionan. A partir de la captura del narco colombiano López Ondoño y su obsesión con las cuestiones espirituales, o directamente satánicas, en la justicia se abren especulaciones respecto de una posible vinculación con los crímenes de dos ‘tarotistas’ colombianos, ocurridos el mismo día de junio último, en hechos perpetrados en el barrio porteño de San Nicolás y en la ciudad de Rosario. ‘Esto es así. Un mafioso te pide que lo protejas, que lo cuides y que lo ayudes en sus negocios. Tiene beneficios económicos, pero es peligroso. Si algo sale mal, se paga con la vida’, señaló Marcos.
“Oscuros” servicios para sobrevivir
Existe infinidad de antecedentes que relacionan a capos del narcotráfico con brujos, chamanes, expertos en magia negra y otros que ofrecen sus oscuros ‘servicios’.
Hablamos de personas que hacen pactos con la muerte para escalar en esos ámbitos, y luego requieren de ‘cuidados’ especiales para mantener esos privilegios.
Así, toda su vida gira en torno ‘blindajes’, con ritos y actos muchas veces sangrientos.
En México y Colombia es común, incluso, que se apele a sacrificios humanos como parte de estos pactos.
Los narcos se rodean de esta gente, hasta solicitan protección cada vez que deben enviar un cargamento.
En la película ‘Perdita Durango’ se observan con claridad estas horribles práctica, siempre ligadas a creencias y prácticas satánicas.
(FUENTE: diariopopular.com.ar)
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