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domingo, 13 de junio de 2010

La crisis potencia "boom" del santerismo en Canarias


La proliferación de hallazgos de osamentas y restos de rituales, y los saqueos de cementerios que se están produciendo en Gran Canaria tienen mucho que ver, según los expertos, con la tendencia de los canarios a creer en la espiritualidad que muestran los cultos afrocaribeños como la santería, el Palo Congo, el espiritismo o el vudú. Una forma de ser propia de los isleños, que los atrae hacia la brujería, la hechicería y en general, las prácticas oscuras. Un sentimiento que se acentúa en épocas como la actual, en la que no hay trabajo, no hay dinero, apenas se practican religiones y ya son muy pocos los que creen en la política y se fían de sus representantes. En épocas de crisis, se necesitan respuestas y alguna salida que inyecte ilusión para seguir tirando hacia adelante. Y eso lo encuentran en este tipo de prácticas.


Gustavo Ceballos, investigador esotérico, babalwo (sacerdote de santería), y productor y director de televisión, lleva tres décadas trabajando y estudiando estas religiones y asegura que «en los 20 años que llevo en Gran Canaria, he visto lo que nunca había visto en Venezuela, mi país. Hay mucha gente que tiene muy metida en la cabeza la idea de que alguien le está haciendo brujería. Como tienen mucho tiempo de ocio, se dedican a pensar en esto. Y esta situación se produce en todas las islas del mundo, porque sus habitantes vibran de forma distinta por la energía que se transmite a través del agua, que induce a tener un interior hostil. Y quien cree en esto es más proclive a intentar dañar a otro».

Aún así, los expertos se sorprenden ante el aumento del número de seguidores de estos cultos. «Parece mentira que en la nueva era las órdenes animistas primitivas sigan escalando en todo el mundo», recalca Ceballos. «Antes, estas creencias eran algo hermético y se empleaban en los pueblos sólo por cuestiones relacionadas con la salud. Hoy es un negocio y todos lo hacen».

De hecho, en las consultas de los santeros que trabajan en la Isla cada vez se ve a más personas que llegan a preguntar cómo pueden hacer daño a alguien o cómo pueden librarse de un mal que les ha hecho otro por medio de estos ritos. Incluso los menores están introduciéndose en este mundo esotérico. «Muchas madres acuden a mí porque sus hijos hicieron la ouija en casa y ahora oyen ruidos raros, las puertas se abren solas y los niños tienen comportamientos extraños», cuenta Ceballos. «Y es que en Gran Canaria hay de todo, gente que hace el bien y gente que hace el mal».

(FUENTE: canarias7.es)

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