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jueves, 3 de junio de 2010

Fantasma ronda municipio argentino


Un grupo de investigadores en fenómenos paranormales certificó que la municipalidad de San Fernando (Argentina), atesora un extraño morador, capaz de erizarle la piel a cuanto empleado municipal sea sorprendido por su presencia de neto corte fantasmagórico y que, incluso, hasta fue avistada desde afuera del centenario edificio comunal.

La singular historia del fantasma fue relatada por Eduardo Grosso y Liliana Flotta, dos estudiosos de hechos sin explicación aparente que integran la Unión de Investigadores de Fenómenos Anómalos (UNIFA) y quienes en dos oportunidades recorrieron en soledad la comuna para obtener datos concretos del fantasma.

La presencia en cuestión se manifiesta tanto visualmente, en lo cual coinciden los testimonios sobre la descripción de una figura alta, de tez blanca y vestida de negro, similar a una sotana, como por ruidos inexplicables, pasos dados en lugares vacíos, sensación de frío y hasta marcas dejadas desde la nada.

Pero hay más. La búsqueda de los investigadores en torno al fantasma de la municipalidad de San Fernando permitió dar con otras cuestiones no menos enigmáticas: la captación en el silencio de una truculenta psicofonía y la certeza que el espectro, aún su aparente inmaterialidad, tiene forma geométrica con capacidad suficiente para desviar el halo disparado por una linterna láser.

Grosso y Flotta, esposos que comparten la pasión por encontrarle explicación a aquellos episodios que aparentan no tenerla, tuvieron dos oportunidades para “medir” los efectos atribuidos al fantasma de la municipalidad sanfernandina, convertido por sus manifestaciones en una experiencia entre inquietante y aterrorizadora para los empleados de la comuna, en especial los que se desempeñan fuera del horario de atención habitual al público.

Con equipos de filmación, grabación y elementos de radiestesia los investigadores efectuaron una noche una amplia recorrida para tratar encontrarle una justificación a los ruidos y situaciones generadas por la singular presencia del hombre “alto, pálido y vestido de negro” o del “cura”, como manifiestan vecinos y comerciantes que aseguran haberla visto desde fuera en los balcones del municipio.

“Para la investigación incluso nos valimos de un material de prensa de la propia municipalidad que en su momento dio cuenta de los extraños episodios que tenían lugar en torno al fantasma” explicó Grosso, que empezó a comprobar que nadie inventaba nada cuando afirmaban que algo extraño sucedía en la intendencia.

Flotta recordó que el grupo ubicó grabadores en las dependencias donde había sido visto el fantasma, en realidad del aparecido, como se verá más adelante, y grande fue la sorpresa cuando días después, comprobaron que en el minuto catorce de recorrido, la cinta magnetofónica registraba en el silencio de una oficina un murmullo que permitía escuchar la palabra “asesino”, lánguidamente pronunciada.

Esa psicofonía todavía -a dos años del episodio- sigue siendo motivo de estudio de los investigadores que aquella noche también oyeron con claridad una sucesión de extraños ruidos procedentes del piso superior, similares a crujidos y arañazos.

Al año de esta recorrida hubo otra encarada por los mismos investigadores y esta vez sí el espectro decidió presentarse ante los cazafantasmas de San Fernando, que apuntaron con una linterna láser sobre la sombra que se les apareció de repente.

“Lo que sucedió nos permitió comprobar que estas apariciones tienen geometría porque -detalló Grosso- cuando tiramos con el láser apuntando a la difusa figura que se había aparecido a una costado nuestro, el halo se dividió en tres haces”.

Al igual que las autoridades municipales en la primera de las experiencias apuntadas, al parecer el fantasma también se sintió molesto con esta segunda investigación y a su modo, se cobró venganza: los equipos técnicos que llevaban Grosso y Flotta quedaron fuera de carrera.

“Evidentemente un gran campo electromagnético destruyó las cámaras con que filmábamos, descargó completamente el láser que portábamos y agotó las baterías del resto de los equipos”, rememoró Grosso a modo de parte de pérdidas.

Es justamente en ese punto donde a criterio del matrimonio de especialistas en casos anómalos, empieza a explicarse el fenómeno que es real, porque los ruidos, las marcas y la presencia del “cura” existen y quienes lo vieron, exactamente percibieron esa figura espectral.

Tanto Flotta como su esposo se especializaron en la parapsicología para entender mejor las anomalías a las que se enfrentan y en ese sentido la investigadora aclaró que hay que diferenciar entre fantasma y aparición.

En términos parapsicológicos la primera de las posibilidades inscribe en la fantasmogénesis que, según Flotta, “es ectoplasma generado por una persona viva en trance mientras que las apariciones son una impregnación, mientras que las apariciones son impregnaciones, tal el nombre técnico, es decir una grabación electromagnética”.

“Cuando en un lugar hubo emociones muy fuertes o episodios de violencia, es posible que existan esos registros electromagnéticos” indicó la especialista que relató que perfectamente los equipos que utiliza con su esposo para investigar anomalías detectan ese tipo de campos.

“En el caso de San Fernando estamos frente a una impregnación que corresponde al primer sacerdote que tuvo el pueblo allá a principios del Siglo XIX, el padre Manuel de San Ginés, -puntualizó- y cuya parroquia, que además tenía un cementerio, se levantaba en lo que hoy es la municipalidad”.

Mientras tanto y aunque por estos días no hayan trascendido episodios fuertes como los registrados en los últimos años en el Palacio Municipal, sigue siendo frecuente la presencia del fantasma a la que quizás un intendente decida algún día que ya es hora de empezar a cobrarle tasa por generar miedo.

(FUENTE: 24con.elargentino.com)

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