Los indígenas del occidente de Bolivia celebraron este 21 de junio el Año Nuevo Aymara 5518 con una ceremonia ancestral en el misterioso complejo religioso preincaico de Tiwanaku, cercano a La Paz, festejo que por primera vez es feriado en todo el país, para descontento de algunas regiones.
Tiwanaku, capital de la cultura indígena más longeva de Sudamérica (nació hacia el año 1500 AC y colapsó entre el 1100 y el 1200 DC) y a 71 kilómetros al oeste de La Paz, cercana al Lago Titicaca, se convirtió en epicentro de los festejos, que también marca el solsticio de invierno en el hemisferio sur.
La celebración en el complejo religioso (que en su apogeo se extendió hasta Chile y Perú) comenzó el domingo por la noche con la llegada de miles de turistas, quienes iniciaron una 'vigilia' en medio de bailes típicos aymaras que se prolongaron hasta este lunes.
Con el amanecer se inicia la ceremonia central denominada 'Wilkakuti' (Año Nuevo) con la llegada de los primeros rayos del 'Tata Inti' (padre sol), astro al que los aymaras le imploran beneficios para sus siembras y cosechas.
"Nosotros somos agricultores y le pedimos al sol para que haya buen producto, buena cosecha (...) esto no es sólo para nosotros es para toda Bolivia y por eso mucha gente viene de diferentes lugares para que le vaya bien", manifestó a AFP el Mallku (autoridad) aymara, Pedro Quispe.
Pasadas las cinco de la mañana, chamanes, sabios indígenas y miles de aymaras y quechuas, además de turistas, ingresaron a las ruinas de Tiwanaku en medio de un intenso frío, y se colocaron alrededor de los 'yatiris' (sacerdotes aymaras) para participar en un ritual.
El acto comenzó después de la llegada del presidente Evo Morales, líder indígena de tendencia izquierdista y fervoroso devoto y promotor de eventos de las comunidades originarias del país.
"Yo vengo a agradecer a la Madre Tierra y pedirle que me acompañe en esta nueva gestión (presidencial)", dijo Morales.
La ceremonia se vio empañada por las nubes que se cruzaron sobre los rayos solares, que no aparecieron hasta minutos después de finalizado el acto, y que fue recibido con algarabía por los presentes, quienes levantaron las manos en alto para sentir en las palmas los rayos del 'Tata Inti'.
Aún persisten dudas en torno a su respaldo histórico y cultural o los métodos que han sido utilizados para establecer la celebración del año 5518 que celebran los aymaras.
Según el antropólogo y ex jefe de Protocolo del Ministerio de Exteriores de Bolivia, Cancio Mamani, el número 5518 responde a una fecha "relativa" ya que se trataría de una "hipótesis" hecha en base a testimonios de sabios aymaras.
El Año Nuevo Aymara se realizó, por primera vez, en medio de un festivo nacional decretado por el Gobierno, con festejos que se reprodujeron en menor escala en otras ciudades del país, en medio de la protesta de regiones de los Llanos (este) y la Amazonia (norte y noreste).
"Este es un paro nacional, el Gobierno ha aplicado un paro nacional, cuando el país necesita trabajo, con un festejo andino que se quiere imponer a todo el país", se quejó el presidente del comité civil-empresarial de derecha del Departamento de Santa Cruz, Luis Núñez.
Los aymaras, descendientes del imperio 'Colla', posterior al 'Tiwanakota', y que suman unos 2,1 millones de los 10 millones de habitantes de Bolivia, residen especialmente en los departamentos andinos de La Paz y Oruro y parte de Potosí.
Fueron conquistados a mediados del siglo XV por el Imperio Inca y formaron el 'Collasuyo', uno de los cuatro suyos del 'Tawantinsuyo' (junto con el Antisuyo, Contisuyo y Chinchasuyo)
(FUENTE: AFP)
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