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domingo, 30 de octubre de 2016

'Histeria', los orígenes del psicoanálisis de Freud llegan al cómic


Padre del psicoanálisis, Sigmund Freud (1856-1939) sigue siendo uno de los pensadores más influyentes de la historia. Sus hipótesis y métodos fueron y continúan siendo polémicos, pero pocos intelectuales han tenido tanto impacto como él. Ahora, el guionista Richard Appignanesi (Montreal, Canáda, 1940) y el dibujante argentino Oscar Zárate (1942) recrean los inicios de su carrera, sus estudios sobre la histeria y los orígenes del psicoanálisis en Histeria (ecc ediciones).

El famoso ilustrador nos comenta, desde Londres, cómo han enfocado este cómic: “Histeria es la suma de las preocupaciones de Freud; de su encuentro en Paris estudiando en el hospital Salpetriere casos de mujeres histéricas bajo la tutela del Doctor Charcot. Hasta ese momento se pensaba que la histeria era de origen uterino, pero Charcot derrumba ese mito y separa los casos de epilepsia de los casos de histeria. Aunque seguía pensando que los ovarios estaban relacionados con la histeria”.

“Freud -continúa Oscar- comienza a preguntarse si la histeria tenía que ver con la sexualidad; y a pensar que los síntomas de histeria son representaciones simbólicas de memorias traumáticas muy a menudo de naturaleza sexual. De regreso a Viena, instala su consultorio privado y detecta casos frecuentes de histeria en algunos de sus pacientes. También comienza a trabajar con su colega Joseph Breuer sobre un caso de histeria de unos de sus pacientes. De estos intercambios y conversaciones escribe Estudios sobre la Histeria con Joseph Breuer publicado en 1895”.

Los orígenes del Psicoanálisis
Esos estudios fueron el primer paso para desarrollar su famosa teoría del Psicoanálisis: “Cuando comenzó a ver a sus pacientes –asegura Oscar-, Freud utilizo distintas disciplinas con ellos: hipnotismo, descargas eléctricas, el método catártico, el masaje en la cabeza… pero encontraba estos métodos arbitrarios y autoritarios; el doctor le decía al paciente lo que sentía o lo que debería sentir. Freud entiende que el paciente, con todas sus dificultades, es el único que puede guiarle para descubrir los síntomas neuróticos que están en su inconsciente del paciente. Freud permite que el paciente diga cualquier cosa que navegue por su cerebro. Debe ser totalmente libre, sin censura o presión. Así descubre la técnica de la Libre Asociación, lo que le permite investigar los eventos traumáticos del paciente; una técnica nueva y revolucionaria. Y en 1896 Freud utiliza por primera vez en término psicoanálisis”.

Oscar destaca el impacto de las teorías de Freud: “El aporte psicoanalítico freudiano es inmenso en nuestra cultura occidental. Muchos de sus conceptos como: "El complejo de Edipo", "libido", "Etapas sexuales", "el lenguaje de los sueños", "personalidades anales u orales", "ego- id-superego", "represión" y el "inconsciente" son moneda corriente de la gente en sus conversaciones”.

“Es muy difícil –continúa el dibujante- entender nuestro mundo moderno sino leemos a Darwin y su teoría de la Evolución, o Karl Marx, o Einstein. Freud está en esa liga de pensadores que han afectado, a veces de forma dramática, la manera de pensar sobre la cultura humana. E incluso alteraron sus parámetros”.

“Personalmente me interesa mucho el psicoanálisis. Es un marco de referencia para entender ciertos mecanismos inconscientes para relacionarme conmigo mismo y con el exterior” –concluye-.

“La histeria es el grito que no puede ser articulado”
Como nos comenta Oscar, el libro indaga en las primeras experiencias clínicas de Freud, en sus estudios junto a Jean-Martin Charcot en la Salpêtière y en su interés hacia el trabajo de su amigo y compañero Josef Breuer.

El libro cuenta con un prólogo de la escritora Deborah Levi (Nadando a casa) quién asegura que la histeria es el grito de rebeldía del cuerpo. Oscar afirma: “Me gusta mucho lo que dice Deborah Levy en el prólogo: “la histeria es el grito desaforado que no puede ser articulado”.

Hipócrates diagnosticó la histeria en el Siglo V a.C. pero en la actualidad se ha eliminado del Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Aun así, los traumas mentales, llámense como se llamen, siguen causando estragos en la población.


¿Abusamos de las pastillas?
En el libro también se cuentan los experimentos de Freud con la hipnosis o con la cocaína (en los que fue pionero). Preguntamos a Oscar si cree que actualmente abusamos de las pastillas para intentar curar problemas mentales: “Las compañías farmacéuticas prescriben pastillas alegremente porque las medicinas y las armas son los productos que generan mayores beneficios”.

“Hay ciertos trastornos mentales que son fisiológicos –continúa- que pueden venir del daño en alguna parte de tu cerebro. En esos casos puede necesitarse algún tipo de droga. Pero los trastornos mentales de carácter psicológico, como la memoria, pensamientos, intenciones, deseos, ideales creencias, conflicto psicológico y todo el material que está dentro de lo que nosotros llamamos la mente, no creo que necesite del uso de drogas. Yo preferiría intentar solucionar esos trastornos mediante una comprensión de los problemas reales a través de algún tipo de terapia psicológica”.

Dibujando la histeria
Un tema apasionante que adquiere una nueva dimensión gracias a las espectaculares acuarelas del artista argentino, que mezclan clasicismo y vanguardia. Algo para lo que se ha documentado profusamente: “He ido varias veces a Paris al hospital Salpetriere a investigar sobre los pacientes que vivieron ahí y de los cuales hay muchísimo material fotográfico, las fotos de esa época me fueron señalando el tono que deberían tener mis acuarelas”.

“El libro Histeria –continúa el dibujante- fue publicado en 1895. Ese mismo año la gente vio por primera vez imágenes que se movían: nacía el cine, con los hermanos Lumiere en Francia. He visto esas primeras películas y han sido la fuente de varias citas visuales en mi libro”.

“Trabajo con acuarelas –confiesa Oscar- porque es un material que amo. Me permiten contar lo que siento y lo que pienso. En este libro era importante para mí crear un clima que te llevara a la época de Viena en la cual Freud vivió. La acuarela en un solo color, el negro y todos sus matices de grises, me permitían evocar esa época, ese momento”.

En cuanto a sus influencias, el artista asegura: “El trabajo de Hugo Pratt fue muy importante para mí cuando yo era muy joven. Fue mi maestro en una escuela de arte en Buenos Aires y me hizo querer ser historietista. También me han influido el trabajo de Roy Crane, de Frank Robbins… hoy sigo viendo y reviendo sus trabajos y siempre sigo encontrando algo nuevo, estos artistas siguen siendo estimulantes en mi vida.

Destacan sus páginas completas, llenas de personajes, en las que se suceden varias acciones paralelas: “Creo que eso tiene que ver con el lenguaje de los comics –confiesa- Esas escenas de mucha acción me permitían resumir, en 2 páginas, cosas que, de otra forma, me llevarían 10. Están en la naturaleza del lenguaje historietístico que es la abreviación. Así puedes reflejar lo que estas contando y, visualmente, también lo que no estas contando”.

Sus proyectos
Curiosamente este no es el primer cómic sobre Freud de Oscar Zarate y Richard Appignanesi: “El primer libro que hice con Richard sobre Freud se llama Introducing Freud –asegura el dibujante-. Es un vuelo a vista de pájaro sobre la vida y la obra de Freud. Lo hicimos hace casi 40 años y sigue siendo un bestseller. Estamos hablando con el editor para otro libro sobre uno de los casos clínicos más famosos de Freud: "El pequeño Hans" (un niño que padecía una enorme fobia a los caballos por un trauma de su niñez). Solamente estamos hablando. Veremos…”

En cuanto a otros proyectos, Oscar destaca: “Hace más de dos años que estoy trabajando en un libro que estoy escribiendo y dibujando y si todo va bien creo que lo terminare a final del año que viene. Es mi proyecto más ambicioso y con más páginas también, creo que superará las 200”.

“Sucede en tiempos distintos: Inglaterra en el 1800, Argentina en la década de los 70, en Inglaterra en 1982 e Inglaterra en el presente. Y la historia gira alrededor de un artista real, Thomas Girtin (1775-1802), que fue amigo y rival de Turner (1775-1851). Girtin fue un artista excepcional que revolucionó la historia de la acuarela. Pintaba paisajes y era un artista romántico”.

“Cuento cómo tres amigos se acercan al arte de Girtin de distinta manera, de acuerdo a sus necesidades personales o lo que quieren proyectar en el arte de Girtin. Uno cree que fue el artista por excelencia, que murió por su arte, otro prefiere ver a Girtin como un artista religioso y el tercero Girtin lo ve como un arte político, porque Girtin apoyaba ideas republicanas. Los tres amigos traen al presente cosas de su juventud no aclaradas, no solucionadas y el arte de Girtin comienza a ser un detonante de sus limitaciones”.

(FUENTE: rtve.es)

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