Era plena madrugada, helada y oscura, en la localidad de Las Tierritas. Tres jóvenes acababan de entrar espantados a la casa de una finca. Afuera, decían, había sucedido algo terrible: un viento levantado de la nada, un coro de perros aullando, la yegua zapateando alterada y un pájaro negro, enorme, que se posaba sobre ella y provocaba el terror a su alrededor. El más joven decidió salir de nuevo y los otros dos no pudieron retenerlo. Desde adentro se escuchó los gritos, los graznidos, pisadas en el techo, golpes en puertas y paredes, y cuando salieron a buscar al chico, lo encontraron apenas respirado y con un alambre estrangulándolo. "Me dijo que me matara", había dicho el adolescente mientras señalaba al extraño pájaro, según contó más tarde uno de ellos. Y terminaron los tres en el hospital de Albardón, con el chico de 15 años internado y una marca roja en el cuello.
El caso tiene más grises que certezas. Pero, por más interrogantes que genere, ya divide las aguas en el departamento. Los jóvenes llegaron alrededor de las 5 de la madrugada de ayer al hospital, y a media mañana ya todo Albardón se debatía entre dos versiones: la de uno de los jóvenes, que aseguraba que una bruja le había ordenado al chico quitarse la vida, y la de los profesionales del hospital, que sostienen que se trata de "un problema de base psiquiátrica".
La primera versión fue difundida por uno de los tres protagonistas, amigo del adolescente de 15 años. Dijo que son de Santa Lucía y estaban de visita en Las Tierritas. Que la noche transcurrió tranquila. Pero que todo se alteró de golpe, cuando el pájaro descendió y se posó sobre la yegua, para empezar a emitir unos sonidos que no habían escuchado nunca antes en su vida. Tras la internación del menor, el caso llegó a los micrófonos de la FM local Mix y la historia se extendió tanto que incluso hasta había quienes aseguraban que lo que habían visto los jóvenes era una mujer parada en el medio del campo, con una cabeza de cabra en una mano. Eso, sumado a las múltiples historias de brujas de Albardón (ver aparte).
Pero fueron los responsables del hospital departamental quienes cruzaron esa versión. Según el director Walter Antuña, los jóvenes fueron atendidos por la médica de guardia a las 5 y el menor no presentaba lesiones, sólo la marca en el cuello. Poco después, fue atendido por la psicóloga Luciana Sánchez. "Hay que ser cuidadoso y no asustar a la gente -dijo la profesional-. Vieron el ave, escucharon ruidos y se asustaron, eso es todo. Parece haber un problema de base psiquiátrica, así que nos vamos a concentrar en el caso de este chico desde ese punto de vista".
(FUENTE: diariodecuyo.com.ar)
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