Psicofonías y piezas únicas se cuelan en la fonoteca del Puertas de Castilla

Michael Esposito, descendiente de Alfred Vail (coinventor del código Morse), ha donado a la Fonoteca de Arte Sonoro y Música Experimental, ubicada en el centro Puertas de Castilla de Murcia, un cilindro fonográfico con las grabaciones paranormales de los fantasmas de Effingham, además de parte de su obra. Esposito estudió Teoría de la Comunicación en Purdue, en la Universidad de Notre Dame y en la Universidad Americana de El Cairo. Durante la Guerra del Golfo, en Irak, Michael fue un oficial de Operaciones Psicológicas. Ha participado en cientos de investigaciones paranormales por todo el mundo y ha desarrollado una teoría única en el campo de la EVP (Electronic Voice Phenomen). Combina sus trabajos de EVP con las grabaciones de campo, relacionando todo esto con la música experimental. Publica en el sello Touch Music (Reino Unido).

Por su parte, el artista neoyorkino Chop Shop ha donado un total de setenta piezas de su colección particular, en su mayoría casetes, cedés y algunos vinilos de siete pulgadas. Estas piezas sonoras son, principalmente, producto del intercambio entre la gran red de artistas sonoros en los últimos 20 años, y muchas de ellas son únicas en el mundo. Con un carácter marcadamente sobrio y minimalista, éstos se disponen en el espacio para permitir una escucha en movimiento entre ellos, según la organización.

Chop Shop trabaja desde 1987 con grabaciones, instalaciones y conciertos, utilizando siempre lo que este artista sonoro denomina «construcciones de altavoces», que él mismo desarrolla y construye. Estas construcciones están ensambladas esculturalmente con materiales «en bruto» que incorporan altavoces en la estructura resultante. Scott Konzelmann, nombre real del artista, ha presentado su trabajo en concierto e instalación en Norteamérica, Europa y Japón. Ha editado en numerosas compañías discográficas en todo tipo de formatos, incluyendo ediciones especiales en cinta magnetofónica. Además, es miembro fundador del colectivo 'Generator Sound Art', activo en Nueva York desde mediados de los años 90. Esta colección privada ha sido creada a lo largo de los últimos 30 años y es, probablemente, una de las más excepcionales colecciones de su género a nivel internacional.

(FUENTE: laverdad.es)