No rompe la rutina. Cada noche sale de su casa en la urbanización San Francisco. Vestida con su traje de enfermera, visita a su amiga en el segundo piso de los apartamentos muy cerca de su hogar. No parece que han pasado 40 años. Es como si su corazón aún latiera. Busca desesperadamente darle descanso a su alma, reseña La Verdad.
La mujer de cabello negro largo ronda en la oscuridad. La mayoría se asusta y apresura el paso. No emite ningún sonido, solo se siente su presencia cuando sin tocar el suelo, recorre la urbanización cerca de la Policía científica.
Nadie conoce exactamente que cosa tan terrible le sucedió o hizo la enfermera, para que su espíritu perturbe la tranquilidad de los habitantes. Todas las personas con diferentes anécdotas, cuentan que aparece entre la 1.00 y las 3.00 de la madrugada.
Irene Romero tiene 61 años. Se mudó al lugar en 1972 y para esa fecha ya se escuchaban los rumores de la mujer vestida de blanco. Primero sintió temor. Los vellos se le erizaban, sólo de imaginar que se encontraría de frente con la imagen. La leyenda dice que la enfermera todas las noches visitaba a su mejor amiga y colega en los edificios. Un día no regresó.
Se dice que un motivo que alegraría su vida, significó su muerte. La ilusión de ser madre se interrumpió con un aborto. Ese terrible incidente no permitió que cumpliera su propósito de vida en esta tierra. Desde ese momento, busca consuelo en los brazos de su compañera de tertulia, pero no la encuentra. La desconocida vecina se mudó hace cerca de 10 años.
Testigos de la aparición
Una pequeña de 12 años afirma que su primo vio a la enfermera. “Ellos estaban reunidos en la planta baja del edificio como a las 3.00 de la mañana. De repente, una mujer les pasó por un lado. A él le llamó la atención porque iba rápido y flotaba. Mi primo decidió seguirla y la vio parada de espaldas, con un cabello muy largo que llegaba hasta sus talones”. Todos salieron corriendo al ver que frente a sus ojos desapareció.
Según los rumores que rodean la misteriosa historia, el espíritu no se deja ver la cara. Algunas veces se escuchan los pasos pausados que suben las escaleras de un edificio de cuatro plantas. Otras personas que habitan en los apartamentos, se muestran incrédulos ante los “cuentos”. Sin identificarse, se ríen de la posibilidad que el alma en pena de una mujer viva entre ellos.
La versión de la pequeña es confirmada por una vecina de mayor edad. Aunque no quiso identificarse, contó que una noche estaba esperando a su esposo y se asomó por la ventana al escuchar un ruido. Quedó paralizada al ver que la mujer de blanco caminaba por el jardín con rumbo a las escaleras.
El espíritu no descansa
Otra historia de un hombre que murió de un infarto también perturba la tranquilidad de los habitantes de los edificios de la urbanización San Francisco. Según cuentan los curiosos, el anciano vivió cerca de 60 años en la zona hasta que su cuerpo pidió descanso, pero su alma quedó penando.
Deudas que saldar
No todas las almas alcanzan el descanso después de la muerte. Hay algunas que están condenadas a vagar por la tierra durante largo tiempo, a veces eternamente. En otros casos, el alma no descansa debido al incumplimiento de una promesa que debieron cumplir en vida.
(FUENTE: lapatilla.com)