El pasado 26 de abril, J. K. Rowling anunció que publicará el guión de Animales Fantásticos y Dónde encontrarlos, según anunció el portal Refinery29. El guión de la precuela/serie-derivada escrita por Rowling estará disponible como libro electrónico en el sitio web Pottermore el día después de su lanzamiento en noviembre. En marzo, la autora confirmó en Twitter que la película es solo la primera de una planeada trilogía. Y más atrás en febrero, Rowling reveló que el guión de dos partes para la obra que colaboró a desarrollar, Harry Potter and The Cursed Child también se publicará en formato de libro, parte I y parte II, el 31 de julio –el día del cumpleaños de Harry!-. Saldrá el día después del lanzamiento de la obra – la cual reúne a Harry y su hijo, 19 años después del término de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte– en Londres. En marzo, Rowling publicó La Historia de la Magia en Norte América, una colección de una historia corta a cuatro partes que sienta las bases para el ambiente del set de una Nueva York del año 1920 para Animales Fantásticos. Esas historias generaron controversia con acusaciones por apropiaciones culturales y sexismo (algunas impuestas por R29).
La última semana de abril, The Independent escribió “Es un buen momento para ser un fanático de Harry Potter”. Meh, esta escéptica Potterhead piensa distinto. Me refiero a que, de cierta manera, lo es – este es el sueño de todo nerd de los libros, ¿no? Un autor que mantiene vivo el universo de la historia, siendo indulgente con sus leales lectores y haciendo a sus fanes muy muy felices. Pero tal como una empecinada fanática de HP – ese que asistió a todas y cada una de las fiestas de lanzamiento de los libros a media noche en su Barnes & Nobel local – no estoy mentalizado sobre un mundo con no menos que tres parques temáticos de Harry Potter, un news feed de Twitter escupiendo nuevos detalles cortesía de J.K.Rowling a diario, y una lista aparentemente infinita de proyectos de HP todos alineados en el futuro. Harry Potter se ha disparado en una extensa franquicia con guión, en un bestia que estaría como en casa en el volumen de Newt Scamanders – excepto que esta bestia no se sienta tan mágica.
Empecemos por The Cursed Child, el cual Rowling ha declarado que no es un octavo libro en la serie…pero se siente sospechosamente como uno, dado que está protagonizado por tres personajes menores llamados Harry, Ron y Hermione. ¿Alguno de ustedes recuerda años atrás en el 2007 cómo se sentían, finalmente las últimas páginas (en el libro) y las escenas finales (en la película) de Las Reliquias de la Muerte? Los personajes principales se encontraban felizmente casados y viendo orgullosos a sus hijos ir a Hogwarts. Los cabos sueltos: atados. Pensé que literalmente cerrábamos el libro con Harry. Pero en la época del Twitter, Pottermore, fanaticadas rabiosas e infinitas oportunidades comerciales, Rowling no podía dejar flotando a su creación como una madre indecisa de si mandar a su bebé a la universidad fue una buena idea después de todo.
Y eso fue increíble, al comienzo. Dumbledore era gay, fuck yeah. Hagrid nunca tuvo un Patronus, buh. El papá de Harry estaba en Gryffindor, duh. Y luego en una entrevista en el 2014, Rowling lanzó esta bomba: Ron y Hermione necesitan asesoramiento para divorcio porque son una pareja casada de mierda y, lo siento Ginny, pero debió haber sido Harry quien terminara junto a Hermione. ¡¿Discupalme?! Llámenme malcriada, malagradecida milenaria, pero te estás metiendo con el escape de mi infancia – y preferiría conservarlo lo más prístino y preservado posible, muchas gracias-. Nos habías dotado de un universo perfectamente canónico, J.K. – uno que ahora parece estar condenado a pequeños ajustes sin fin, revisado y expandido indefinidamente.
Verán, había una vez en la que Harry Potter era especial y raro. Lo que no sabíamos, lo llenábamos con nuestra imaginación, alegremente. Ahora, un torrente de cositas selectivamente curadas se ha convertido en un gran bufete, hecho y derecho, de todo-lo-que-pueda-comer de Harry Potter. El pasado, el presente y el futuro del mundo de Harry Potter está ahora generosamente repartido entre la pantalla, el escenario, Twitter, libros electrónicos, libros impresos, y así sucesivamente. Y el hechizo se está desgastando (lo siento, pero tenía que decirlo).
Los fanáticos más hambrientos están devorando cada bocado – me gustaría ser uno de ellos. Pero para mí, la mágica nostalgia de Harry Potter se está desvaneciendo rápidamente. Lo que solía sentirse como un misterioso universo – uno que era un refugio privado y personal para cada uno de sus lectores – ahora ha sido exhaustivamente trazado. La luz ha invadido en cada uno de los rincones, y cada uno de los detalles que aparece en el enfoque ya deja de estar en manos del lector. Extraño esa conexión inicial uno a uno entre las palabras de Rowling en la página y yo, el lector. Tal vez haya una solución: sumergirse en la serie original y perderse en ese maravilloso mundo de nuevo – sin la ayuda de Warner Bros., los 140 caracteres reflexivos, o de los finos actores del London’s West End. Y tal vez caiga en un Animales Fantásticos llevado a la pantalla en otoño…O tal vez solo lea mi libro.
(FUENTE: bloghogwarts.com)
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