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martes, 28 de noviembre de 2017

Un hipnólogo nos cuenta cómo programar tu subconsciente para perder peso


Cuando se habla de hipnosis a más de uno se le viene a la cabeza la típica imagen de un sexagenario meciendo un reloj de bolsillo o los programas de la televisión en los que un supuesto mentalista pone a las personas del público a ladrar y levantar la pata para mear. Pero, más allá de los topicazos y farsas televisivas, la hipnosis es un método por el cual se puede bloquear la parte consciente de la mente de las personas permitiendo trabajar en profundidad su parte subconsciente.

Gracias a su técnica, los hipnólogos son capaces de tratar adicciones, fobias, manías, traumas, problemas sexuales e, incluso, trastornos alimenticios. Sí, has leído bien. La hipnosis es un método 100% eficaz para combatir el sobrepeso o al menos eso es lo que afirma el hipnólogo clínico, Jaume Bordas. Desde hace 35 años, el diván de este barcelonés ha atendido a centenares de pacientes que han superado sus problemas sumergiéndose en el reino del dios griego Hypnos.

Respaldado por estudios científicos como el publicado en la revista Consciousness and Cognition en el que un equipo de la Universidad de Hull (Reino Unido) demostró que la hipnosis es capaz de modificar los patrones cerebrales y motivó a algunos expertos del Reino Unido a recomendar su uso en el Servicio Nacional de Salud para tratar los trastornos alimenticios, Jaume relata con satisfacción la larga hilera de personas que ha ayudado a caber en unos pantalones de dos tallas menos, dejar los cigarrillos o superar su miedo a volar.

“La hipnosis es un campo muy amplio y puedo tratar desde una mujer que tiene depresión postparto a un chaval que quiere dejar los porros o casos de ceguera histérica. Evidentemente ni soy endocrino ni dietista, pero sí trabajo para endocrinos y dietistas. Lo que suele ocurrir es que ellos son los que proponen una dieta a medida del paciente y yo me encargo de que la sigan a otro nivel”, me resume por teléfono el hipnólogo cuyos métodos van a dejar a más de un@ con la boca abierta (o mejor dicho, cerrada).

“Potencio al máximo esa dieta. Por ejemplo, si han de comer una ensalada les hago pensar que es la mejor ensalada de su vida o les sugestiono para pensar que cada bocado que dan equivale a dos o tres. Con esto consigo que alcancen la saciedad mucho antes, que no piquen nada entre horas o que lleguen a rechazar los alimentos que no están incluidos en su régimen”, apunta el experto que, una y otra vez, insiste en que “todo dependerá de la receptividad de la persona”.

En este sentido, Jaume me explica que, en función de lo sugestionable que se sea, las sesiones hipnóticas serán de media hora o de una hora entera. Eso sí, para tu tranquilidad, aclara que no habrá nada de relojes colgando ni historias raras. “Hay muchas formas de inducir la hipnosis porque es algo sensorial que, por tanto, entra a través de los sentidos. Generalmente la voz es el punto más determinante y luego están el tacto y la vista. El ‘mírame a los ojos’ típico y clásico yo lo practico bastante”, resume el que además es autor del libro Mágicamente. El poder de la autohipnosis para la vida cotidiana.

Al parecer, y por lo que me explica, la hipnosis es algo así como “una programación a nivel subconsciente del individuo” y para que me quede más claro me cuenta que el subconsciente no es una parte del consciente si no la parte del inconsciente más cercana a él: “Si nuestra mente fuera un iceberg, el consciente sería la pequeña porción de hielo que emerge en la superficie, el inconsciente la gran masa oculta bajo el agua y el subconciente la fina capa de agua que separa ambas”.

El tema, y lo realmente acojonante del asunto, es que “programar” el subconsciente a través de la hipnosis es bastante parecido a programar un ordenador e, incluso, se puede hacer a distancia. “Es posible hipnotizar por teléfono a una persona muy sensitiva, pero una vez has hipnotizado a alguien puedes hacerlo siempre que desees por teléfono e incluso por correo electrónico. Puedo hacer que cada vez que veas mi nombre en un email entres en estado hipnótico”, asegura Jaume.

Pero, volviendo al tema de perder peso, el hipnólogo matiza que su ayuda y su programación no valdrán de nada si el acceso al subconsciente está cerrado bajo llave. Vamos, que por mucho que se parezca a la informática, él no es ningún virus troyano. “No es lo mismo la persona que quiere quitarse cuatro kilos porque no le entra o no le queda bien la ropa que la que tiene problemas serios o trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia”, reconoce.

Llegados a este punto, me queda claro que por muy útil y efectiva que pueda ser la hipnosis, que por cierto está muy lejos de esa visión creepy que le ha endosado Hollywood, todo reside en la voluntad que uno tenga por dejarse ayudar. Al final, la hipnosis es un método que trabaja en lo más profundo de nuestra mente de nada servirá si tu parte consciente no pone un poco de su parte. Si la efectividad de Jaume es casi del 100% es porque cada vez hay más personas dispuestas a mejorar.

(FUENTE: codigonuevo.com)

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