En la Secreta Buenos Aires, como se viene reflejando en esta sección, existen edificios, monumentos, lugares o personajes que hacen a la curiosa vida pasada y presente de la ciudad. Esta vez la historia tiene que ver con la sorprendente actividad que un matrimonio de jóvenes (él, abogado; ella, azafata) encararon hace unos pocos años como un hobby y que cada día los apasiona más: encontrar y registrar fantasmas.
Nicolás Martínez Lage y Eugenia Benet son los creadores de la Sociedad de Estudios e Investigaciones Paranormales (SEIP), un grupo que en la Argentina aplica un método internacional conocido como “ghost hunting”(se podría traducir como “cazafantasmas”). Integrados a asociaciones internacionales dedicadas al tema, ambos colaboran (en forma gratuita y con un criterio estrictamente científico) con personas que experimentan hechos paranormales y buscan registrar estas experiencias usando equipos de medición y grabación de video y audio de estas situaciones.
“Mucha gente nos convoca porque escucha sonidos extraños, registra luces misteriosas o bruscas caídas de temperatura, ve puertas que se cierran y abren solas o se sienten observados aun estando solos”, explican casi a dúo para contar cómo llegan a esos lugares donde realizan sus estudios. Y remarcan: “Es cierto que todo lo paranormal está muy bastardeado, pero lo nuestro es muy técnico y no implica ninguna intervención de médiums o parapsicólogos”.
Después de explicar que el barrio de Belgrano es uno de los que registra más actividad de este tipo, la referencia tiene que ver con los horarios en que suelen desarrollarse estos fenómenos: “Entre las 2 o 3 de la madrugada, porque es el momento en que el campo magnético de la Tierra tiene mayores fallas eléctricas”.
Y en sus experiencias ya tomaron nota de cosas en común para estas situaciones. Por ejemplo que siempre hay cerca mucha concentración de agua. “Es que en estas cuestiones la energía es clave y el agua, como todos saben, es muy buena conductora”, coinciden.
En medio de esas ganas de ver qué hay más allá y sacar evidencias, dicen que ante algún llamado siempre parten de una posición de escepticismo, pero que cada vez los mueve la inquietud de encontrar lo que suele denominarse “una especie de santo grial de las investigaciones”.
Para eso usan sistemas infrarrojos de video, termómetros digitales, equipos láser que pueden detectar hasta una sombra, iluminadores con rayos ultravioleta o de multi espectro y otros equipos para hacer un barrido de ondas de sonido y lograr una comunicación en tiempo real.
Obviamente tienen su mail para consultas (info@seip-arg.com) y también algunas experiencias que los asustaron. Como esa que, en una casa de Belgrano donde se estaban haciendo refacciones y había rondando algún fantasma, el mal genio de él quedó en evidencia: “Cuando le preguntamos si quería que siguiéramos allí, nos voló un tacho de pintura que supimos esquivar antes de irnos velozmente”, recuerdan.
De todas maneras la curiosidad puede más y sostienen que les gustaría investigar en algunos lugares famosos por sus leyendas. Uno de ellos es el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, que está en Suipacha entre Arroyo y Del Libertador. La mitología urbana cuenta que allí, en los jardines de lo que fue el Palacio Noel, suele verse flotar la figura de una joven mujer, como si fuera una bailarina clásica. Pero esa es otra historia.
(FUENTE: clarin.com)
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