Qué Navidad le espera a Kate Middleton, la flamante duquesa de Cambridge. La mujer del príncipe William pasará por primera vez la Nochebuena con la familia real. Y lo hará precisamente en la residencia de Sandringham, donde al parecer no solo deberá preocuparse por la etiqueta sino también por no chocarse con alguno de los tantos fantasmas que habitan el palacio del siglo XVIII.
Según la prensa británica la propia reina Isabel cree en los fantasmas, y por eso le explicará a Kate en qué partes de la residencia debe evitar caminar sola.
"Todos saben que hay fantasmas porque muchos, entre ellos el príncipe Carlos, tuvieron la prueba. Hay viejas partes de la casa adonde nadie quiere ir o encontrarse solo, y Kate será informada de todo esto", dijo una fuente de la Casa Real al diario Daily Mirror.
Una vez, a mediados de los años 80, Carlos y su asistente personal estaban buscando algunas viejas fotografías cuando de golpe sintieron frío y tuvieron la sensación de que alguien estaba detrás de ellos.
El príncipe tomó la primera foto que tuvo a mano y escapó. También en 1996 un valet salió corriendo del sótano tras ver lo que le pareció ser el fantasma de uno de los criados favoritos de la reina, Tony Jarred, muerto el año anterior.
La reina le pidió al valet que le contara lo ocurrido. "Creí cada palabra. Nunca existió el riesgo de que el valet fuera despedido por haberlo inventado", contó la fuente del Palacio.
Una casa poblada de espectros sin duda garantizará a Kate una Navidad distinta de lo habitual.
Los Middleton, de hecho, suelen pasar las fiestas en la isla de Mustique, en el Caribe, pero este año se quedarán en su casa de Bucklebury, en Berkshire, donde Kate los visitará "cuanto antes" después del día de Navidad.
La mediática Pippa Middleton, que según los rumores se reuniría con su hermana en Sandringham, se quedará en cambio con sus padres.
La Navidad de este año será particularmente concurrida para la familia real: en total la reina y el príncipe Felipe invitaron a Sandringham a 27 familiares, tanto que algunos miembros menores de la realeza -como el vizconde Linley y Lady Sarah Chatto, hijos de la princesa Margarita- dormirán en las habitaciones normalmente reservadas a la servidumbre.
"Sandringham es una casa muy grande para los estándares de cualquiera, pero este año estarán amontonados como sardinas. Con todos los nuevos maridos, esposas y niños será la mayor reunión real en años", dijo otra fuente al Daily Mail.
Según la tradición, los huéspedes llegarán a partir del viernes 23 y la familia estará reunida para el té de la víspera navideña. Tras la velada tradicional, se repartirán los regalos bajo el árbol.
Pese a su riqueza, la realeza británica tiene la costumbre de intercambiarse regalos de poco valor por pura diversión: un año la princesa Diana agasajó a Carlos con prendas de Mickey, mientras el príncipe Harry dio a su abuela Isabel una cofia de baño con la leyenda "La vida es bastarda".
Difícilmente, sin embargo, aparezca bajo el abeto real el último hallazgo comercial británico: una muñeca de Kate embarazada, popular regalo para las fiestas aunque el palacio haya desmentido varias veces que la esposa del príncipe William esté en la dulce espera.
(FUENTE: clarin.com)
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