José Manuel García Bautista, uno de los principales investigadores de misterios andaluces, acaba de publicar la guía '50 lugares para pasar miedo', un libro para hacer turismo de forma diferente.
-Hablar de miedo, con el miedo que da la crisis...
-La situación por la que atraviesa el mundo hoy día causa auténticos escalofríos. Los otros miedos distraen la mente. Hemos publicado 50 lugares para pasar miedo para eso: para que el lector se pierda por cualquiera de esos lugares descritos. No pasará tanto miedo como con la crisis, pero se olvidará de ella.
-A usted esto le tiene que venir de chico. ¿Tenía miedos nocturnos?
-Temía a la oscuridad, aunque jamás dormí con una luz encendida. Me daba mucho miedo Drácula, el de Christopher Lee.
-¿Cómo es eso de hacerse investigador de lo sobrenatural?
-Curiosidad. No me explicaba que hubiera cosas inexplicables.
-Trabajó con Jiménez del Oso, una leyenda de lo sobrenatural para unas cuantas generaciones.
-Sí, fue la persona que nos traía el misterio a la televisión e iba acompañado de un aura inquietante, pero luego era muy cordial, se podía hablar con él de cualquier tema. Fue el pionero en España del misterio, sin duda.
-Y hubo otros que daban mucho miedo. Antonio José Alés, Germán de Argumosa...
-A mí me marcó Antonio José Alés con aquel programa, Medianoche. Convertía cada noche en algo mágico. Y Juan Antonio Cebrián, que era un sabio, una persona entrañable. Tiene un hueco en el corazón de muchos investigadores y divulgadores del misterio.
-¿Las caras de Belmez son manchas de humedad?
-Mire, se llegó incluso a picar una de las caras, la que llaman La Pava, y volvió a salir. El fenómeno de la teleplastia es complicado pero real. ¿Qué son? No lo sabemos. Se creía que al morir la dueña de la casa desaparecerían, pero allí siguen desafiando al tiempo. Se hicieron análisis, pero no se pudo demostrar ningún fraude... Últimamente han aparecido otras caras, pero ésas son más que dudosas.
-¿Aguanta a diario muchos escépticos?
-A mí mismo el primero.... Siempre aplico una máxima de Thomas Jefferson: "Toda opinión es tolerada allá donde la razón es libre de combatirla".
-Ha escrito varios libros de misterios andaluces y ahora edita una especie de guía de turismo del miedo, escrita por Lorenzo Fernández Bueno.
-Si uno está cansado de hacer turismo convencional lo mejor que puede hacer es coger este libro y visitar alguno de los lugares que se recomiendan, por ejemplo Bélmez en Jaén, o la Casa del Obispo en Cádiz, y mientras que está allí, que lea lo que ocurre en su interior, verá cómo un cosquilleo le entra por el estómago y siente ese miedo del que hablamos. Es otra forma de hacer turismo y aprender de las raíces culturales de Andalucía. Andalucía es un buen lugar para el turismo del misterio.
-¿Qué nos atrae del miedo?
-La sensación, el disparo de adrenalina, una tensión sostenida e inevitable. El miedo es incontrolable, un choque de sensaciones, de impresiones, de efectos. Lo que nos atrae del miedo es vivir situaciones límites inexplicadas, pero bajo un entorno seguro.
-Bueno, cuénteme su sitio favorito para pasar miedo.
-El edificio de Tiro de Pichón en Huelva, en Jabugo, un lugar donde ocurren todo tipo de fenómenos extraños y manifestaciones imposibles...
-Bah, exagera.
-De acuerdo, usted verá, pero si se acerca por allí le recomiendo que, al menos, vaya acompañado.
-Todos hemos jugado a las psicofonías de pequeños. Dígame la más escalofriante que haya escuchado en una de ellas.
-"Os voy a matar". Se grabó en la Facultad de Derecho de Córdoba, cuyo edifico tiene un pasado espeluznante. Es como si esa voz de ese presunto más allá te estuviera condenando a muerte con su voz carente de sentimientos, es extraordinario y terrible.
-Dígame cuánto hay de mentira en todo esto. Está muy bien, pero ¿de verdad se creen todo esto?
-En las investigaciones que se hacen hay poco de mentira. Los investigadores son los cronistas del misterio. Muchas veces llegamos tarde y sólo podemos entrevistar a testigos y recabar el entorno en el que se produjeron los hechos. En otras ocasiones contamos lo que vemos, lo que sentimos, con toda su carga de subjetividad. También te topas con personas dispuestas a hacer caja y se inventan la historia más inverosímil. Si el investigador lo cree, está en el fraude, pero las investigaciones de verdad no son flor de un día. La constancia evita ese porcentaje de mentira que siempre existe.
-Algún investigador estará en esto por el dinero, digo yo.
-Es cierto que no todos son iguales, pero la mayoría no hace esto por dinero ni por fama, sino por convicciones. Pero sí, hay de todo, como en botica.
-¿A cuántos impostores ha conocido?
-Tengo una carpeta en casa que pone una F grande, F de fraude, y tiene desde sanadores psíquicos que le han costado la vida a más de un infeliz , hasta los que tienen contacto con seres de Raticulín o señoras que tienen un circo montado de proporciones catedralicias con una virgen que se pasea por el campo con una sábana por la cabeza y un candil... Pero eso son personajes que si mañana surgiera otra temática de la que sacar tajada, se apuntarían a ella.
-Una película de miedo muy realista.
-El experimento St. Francisville recoge una investigación en una casa abandonada en Nueva Orleans. La tensión, los nervios, la sugestión... Retrata bastante bien algunas investigaciones que he vivido.
-Una pregunta sencillita: ¿qué es la muerte?.
-Uf. Es triste pensar que morir es un sueño eterno, el sueño del olvido. La muerte tendría que ser un nexo de unión entre esta vida y la siguiente. Al menos, es un deseo.
(FUENTE: diariodesevilla.es)
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