Algunos presidentes mexicanos y actuales dirigentes políticos como Beatriz Paredes, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, o el ministro de Seguridad, Genaro García Luna, recurren a la magia, a los brujos o chamanes para lograr poder político, dijo hoy a Efe el escritor y periodista José Gil Olmos.
En su nuevo Libro "Los brujos del poder 2" (Random House Mondadori, 2009), Gil desveló las costumbres de los políticos que apelan al esoterismo y a fuerzas sobrenaturales para despejar su camino de adversarios y enemigos, así como lograr sus metas personales "cueste lo que cueste".
En su primer libro "Los brujos del poder 1", Gil describió las andanzas y peripecias con brujos, hechicerías y pócimas de Marta Sahagún, esposa del ex presidente Vicente Fox, así como de Elba Esther Gordillo, líder vitalicia del sindicato de maestros de México, la mayor organización sindical latinoamericana.
Gil indicó que en este segundo libro relata cómo la actual presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes, recurrió al brujo Wenceslao Flores Xala, conocido como "El Gato Negro", para que con un hechizo pudiera superar "las malas vibras" y recuperar el poder político.
El autor contó cómo el brujo que atendió a Paredes la llevó a un "lugar sagrado" en un bosque cercano a Catemaco, en el estado de Veracruz (en el Golfo de México), donde realizó un hechizo de magia negra e invocó a los "espíritus de los grandes hombres" para que le ayudaran a alcanzar el poder que tanto deseaba.
Asimismo, Flores Xala afirmó al autor que rezó a la Santa Muerte para reforzar los planes políticos de la actual líder nacional del PRI.
"La llevé a mi templo y ahí realizamos el rito; sacrifiqué una gallina negra y lancé los conjuros necesarios", dijo el brujo a José Gil.
El hechicero explicó que los conjuros se prolongaron por nueve días seguidos para que Beatriz Paredes tuviera poder y para hacer a un lado a sus enemigos.
El brujo consideró que el cargo actual y el poder que ostenta Paredes es resultado de la intervención de su magia.
Gil destaca que el libro muestra que la clase política "es muy inculta, y en momentos de crisis como éste tiene mucho más auge el misticismo y esoterismo".
Entre otros personajes que desfilan por el libro está el actual ministro de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, quien, afirmó Gil, cada vez que sale a alguna misión se encomienda al "Ángel de la muerte", una figura que, según el autor, tiene en un altar instalado en su oficina junto con otra de la Santa Muerte.
Un personaje que se perfila como fuerte contendiente para las elecciones presidenciales de 2012 es el actual gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, quien, según el autor, confía en una profecía de una vidente que predijo hace varias décadas que un miembro de la agrupación Atlacomulco, a la que él pertenece, se convertiría en presidente.
Entre los acérrimos creyentes en el ocultismo y los brujos está el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien fue asesorado por dos brujos durante la crisis política en su estado en 2006 por el movimiento de la Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que mantuvo cercado el centro de la capital durante casi seis meses.
Una de las poblaciones más conocidas como sede de chamanes es Catemaco, en el estado de Veracruz, sitio al que han asistido la mayoría de los políticos y funcionarios de diversas posiciones ideológicas como Carlos Salinas de Gortari, José Córdoba Montoya, Pedro Aspe, Beatriz Paredes, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
El autor destaca que en todo México existe un auge del misticismo, de la creencia en los brujos, en la magia, debido al influjo de las religiones que mantienen un parte mística y la creencia en el más allá y en la existencia de lo sobrenatural.
Por este motivo los políticos y la población en general es creyente y fácil presa de chamanes, hechiceros, espiritistas, masones, neurolingüistas, brujos y curanderos.
(FUENTE: EFE)
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