Uno de los personajes más misteriosos e influyentes en el mundo de lo alternativo y lo místico en la segunda mitad del siglo XX fue y aún es, Carlos Castañeda.
De mentalidad enigmática, y por motivos que se desconocen aún, nunca reveló su nacionalidad ni lugar de nacimiento; tampoco su edad y llegó a prohibir el ser fotografiado. En las pocas entrevistas que concedió, aseguró ser brasileño, chicano, gitano y llegó incluso a declarar el ser príncipe persa, un sabio portugués y un faraón egipcio reencarnado.
Si uno busca en Internet ó en publicaciones biográficas, Castañeda aparece siempre con lugar de nacimiento como “desconocido”, pero a pesar de lo que aseguran muchos, todo hace parecer que Carlos Castañeda, el gurú del “New Age” de los años ‘60s nació en el Perú; cajamarquino para ser más precisos.
Su nombre verdadero (según investigaciones de varios, entre ellos el historiador Tristán Ravines Sánchez), era César Arturo Arana Castañeda, y nació en Cajamarca, el 25 de diciembre de 1925; sus padres fueron Carlos Arana y Susana Castañeda. Con respecto a su educación, se sabe que inició sus estudios secundarios en el Colegio San Ramón de Cajamarca y los concluyó en el emblemático Colegio Nuestra Señora de Guadalupe de Lima, en 1944. Posteriormente ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, en la especialidad de pintura, la cual nunca concluyó.
A la muerte de su madre, en 1949, viaja a Estados Unidos, donde en la ciudad de San Francisco realiza estudios de escritura y periodismo en Los Ángeles. Posteriormente en la UCLA, optó por el grado de Bachiller en Artes y luego por el de Doctor en Antropología; como parte de su tesis doctoral, inicia sus investigaciones sobre el peyote y otros hongos alucinógenos de Arizona.
Apasionado por estos temas, escribió más de doce libros que le produjeron más de 50 millones de dólares. Su primer libro, “Las enseñanzas de don Juan” (1968) es considerado un best seller llegó a vender 300,000 ejemplares en su primera edición y 8’000,000 de copias en total, siendo traducido a veinte idiomas. Se le consideró de inmediato como el nuevo profeta de los norteamericanos en la segunda mitad de los sesentas, y un grupo de intelectuales fundó rápidamente en torno a él, el movimiento “New Age”; entre los que se encontraban en ese grupo, se hallaban –curiosamente-, dos escritores peruanos: Elqui Burgos (cajamarquino), y Arturo Corchera.
Ante lo inesperado de su fama, esta suerte de antropólogo “superstar”, decidió borrar toda su historia personal, escondiéndose también tras pseudónimos y/ó identidades falsas tales como Salvador Castañeda, Isidoro Baltasar y Joe Córdova.
Tanto fue su celo en este aspecto, que hoy es imposible aclarar si el famoso don Juan, el maestro que aparece en sus escritos, existió en realidad o si es un personaje ficticio: igualmente, para muchos, don Juan no es otro que el mismísimo Castañeda.
Sus otros libros publicados son: “Una realidad aparte” (1971, 1974, 1994), “Relatos de poder” (1974, 1976, 1994), “El don del águila” (1981, 1983), “El fuego interno” (1984, 1998), “Viaje a Ixtlán”( 1973), "El segundo anillo de poder" (1977), "El conocimiento silencioso" (1987), “El poder del silencio” (1987, 1988), "El arte de ensoñar" (1993), "El lado activo del infinito" (1998), "Pases mágicos" (1999), "La rueda del tiempo" (2000) Estos dos últimos publicados tras su fallecimiento.
Su extraña vida originó más de una interrogante y no pocas sospechas ¿quién era Castañeda?, ¿un auténtico guía espiritual?, ¿un fabulador fascinante?, ¿un farsante desenfrenado?, apenas uno que otro diccionario de personajes de la época aclara que era cajamarquino de nacimiento y después de eso, solo el silencio y el misterio: se sabe que incluso rompió contacto casi total con su familia en su tierra natal, y el misterio hubiese seguido en el absoluto misterio si, aparte de la investigación de los historiadores cajamarquinos, no se hubiese publicado también la historia de Arturo Granda acerca del origen peruano de Castañeda, publicada en la prestigiosa revista Etiqueta Negra (Lima, año I, Número 3, octubre de 2002), en la cual no solo se devela parte de la vida oculta de Carlos Castañeda, sino que se confirma su lugar de origen:
“… Una noche, una amiga telefoneó a Lucy (Lucy Chávez Castañeda, hermana de Carlos), para anunciarle la muerte de Castañeda. “Aún tenía esperanzas de verlo” -, le dijo Lucy a Arturo Granda, recordando esa noche en que lloró,…” (Etiqueta Negra)
La abogada de Carlos Castañeda anunció su muerte (en 1998), a la prensa dos meses después de acontecida,… pero su familia en su natal Cajamarca sabía ya de su deceso. Su cuerpo no tuvo funeral ni rito público: fue incinerado horas después de fallecido y sus cenizas esparcidas, según su voluntad, en algún lugar del desierto de México. Había muerto de cáncer al hígado a los 72 años, antes que publicara una nueva edición de las “Enseñanzas de don Juan”, como celebración del trigésimo aniversario de su publicación original. Su testamento, que decidía el destino de los varios millones en derechos de sus libros, fue modificado tres días antes de su muerte. Excluía de él a su hijo adoptivo Carl Jeremy y a su madre, Margareth Runyan. Para ellos, Castañeda se había convertido en un prisionero de sus acompañantes de culto. En su certificado de defunción, se le atribuyó un insospechado oficio: “docente en el distrito escolar de Beverly Hills”. Cuando la prensa investigó el asunto, encontró que no aparecía en las listas de profesores de ese distrito,...
La pregunta que siempre quedará en el tintero y sin respuesta es, ¿por qué César Arturo Arana Castañeda, o Castañeda a secas, ocultó para siempre su identidad?, ¡misterio y más misterio es la única respuesta!
Fuentes:
“Diccionario histórico y biográfico de Cajamarca”, de Tristán Ravines Sánchez (1999)
“Lecturas selectas sobre Cajamarca”, de Luzmán Salas Salas (2003)
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