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miércoles, 18 de junio de 2014

Brujo envió a EE.UU. huesos en osos de peluches para santería


Dentro de osos de peluche, un vendedor del Mercado de Sonora, ocultaba huesos humanos que enviaba por paquetería a sus clientes en Estados Unidos, donde los utilizaban para rituales de santería.

Esta práctica la realizaba desde hace más de un año hasta que hace unos días, uno de sus envíos fue detectado por el sistema de rayos X de la empresa de paquetería DHL, según consta en el expediente FVC/VC-4/T3/0332/14-06.

Fue entonces que descubrieron que los dos osos de peluche que estaban dentro de una caja de cartón, contenían un cráneo y otros huesos  por lo que de inmediato dieron aviso a las autoridades.

Agentes de la procuraduría capitalina se presentaron a las instalaciones de la empresa de paquetería, ubicada en la avenida Fuerza Aérea en la colonia Federal, en Venustiano Carranza.

Luego de hablar con los empleados y revisar el paquete supieron que tenía como destino Hollywood, California y que había sido llevado por un hombre que se identificó como Mario Fidel Aparicio Ramírez.

Al consultar los datos de esa persona, supieron que tenía 22 años y dejó como domicilio un local comercial ubicado en el pasillo 8 de “Hierbas”, del mercado de Sonora.

Los agentes se trasladaron a ese mercado donde ubicaron al sospechoso quien aceptó que desde hace más de un año hacía envíos de este tipo a Estados Unidos y estados de la República Mexicana,  además de que en su puesto, vende restos humanos para la práctica de la santería.

Según contó, los huesos se los compra a un sujeto de unos 40 años, quien le deja las osamentas completas en mil 250 pesos y que él vende a 2 mil 500 pesos.

“Es un tipo de unos 40 años, de 1.70 metros de estatura, tez blanca, cabello negro ondulado y complexión robusta a quien no conozco por su nombre”, declaró.

Al rendir su declaración ante el Ministerio Público, Aparicio Ramírez también dijo que a principios de junio, a dos personas que acudieron a su negocio, les vendió dos restos de cadáveres completos que tenía guardados debajo de su puesto.

Explicó que muchas personas, principalmente santeros, lo buscaban para adquirir los restos óseos.

Con su testimonio y los huesos que fueron asegurados dentro de los osos de peluche, la procuraduría capitalina lo consignó por los delitos de tráfico de restos humanos, que está previsto en la Ley General de Salud.

(FUENTE: vanguardia.com.mx)

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