Las profecías sobre el supuesto fin del mundo, el 21 ó el 23 de diciembre del año 2012, son “patrañas mediáticas”, “disparates”, “información manipulada por apocalípticos occidentales”, pero sobre todo, “son un gran negocio para muchas personas”, así señalaron arqueólogos y epigrafistas expertos en jeroglíficos mayas, durante la sesión especial “Las profecías mayas para el 2012”, en el último día de las VII Mesas Redondas de Palenque.
La sesión especial, que sirvió para elaborar un programa de televisión que difundirá el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sirvió para subrayar que sólo existe un glifo maya que hace referencia a la fecha del solsticio de invierno de 2012, como fin del calendario llamado Cuenta Larga, pero señalaron que hay otras fechas mayas que revelan que el mundo y la vida continúa.
Laura Caso y Rafael Cobos, del Colegio de Posgraduados de Puebla; Erik Velásquez y Jesús Galindo, de la UNAM y Sven Gronemeyer, de la Universidad de La Trobe, Australia, dijeron que la gente no debe tener temor a las profecías apocalípticas de los filósofos del New Age o Nueva Era, pero tampoco deben ser demasiado optimistas de que va a nacer una mejor humanidad en el 2012, pues no hay ningún signo que indique esto, ni fue escrito por los mayas.
A lo largo de una semana, expertos en cultura maya analizaron todos los ángulos científicamente conocidos sobre los calendarios y la concepción del tiempo de esa cultura precolombina, que se desarrolló en el sureste de lo que actualmente es México y el norte de Centroamérica. Sus orígenes más remotos son cercanos al año 800 antes de Cristo y posteriormente han sobrevivido, con numerosas modificaciones, hasta nuestros días.
La etapa de mayor esplendor de la cultura maya prehispánica, en la que surgieron grandes avances matemáticos, calendáricos, astronómicos, arquitectónicos, políticos y de escritura, ocurrió en el Periodo Clásico, que se ubica entre los años 300 y 1,100 después de Cristo. A raíz de que se generó una gran fascinación por esta cultura, la cual fue aprovechada por oportunistas, de acuerdo con los expertos.
Negocio fácil
El ambiente de incertidumbre que crece en la sociedad contemporánea, combinada con las ideas judeo-cristianas que hablan de la próxima llegada del apocalipsis se convirtieron en terreno fértil para que algunos filósofos de la New Age, como el escritor Frank Waters, tuvieran desde los años 70 un éxito gigantesco entre lectores que buscaban soluciones con aparentes raíces profundas en culturas sabias. Así lo indicaron mayistas reunidos en Palenque.
Dijeron que, seguramente, cuando pase el año 2012 y el mundo no se termine, alguien comenzará a hablar de las predicciones nahuas o aztecas del fin del mundo, que tampoco tienen fundamento arqueológico pero que ya repiten algunos, basados en el mito del Quinto Sol.
“Lo que se ha entregado a la gente son amalgamas sin conexión, combinando datos inconexos de diferentes culturas. La literatura de la New Age satisfizo la necesidad de creer de mucha gente y, al mismo tiempo, hablar de un supuesto fin del mundo predicho por los mayas, se volvió un negocio muy redituable”, indicó Erik Velásquez, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
A su vez, el astrofísico Jesús Galindo dijo que hay mucha gente preocupada por estas predicciones, principalmente niños y adultos mayores, pero ellos no se enterarían de todos los disparates que se afirman si no fuera por la repetición insistente de los medios.
“Yo le diría a las personas que se enteren de este encuentro que estén tranquilas, que no hay ningún problema, que el mundo no se va a acabar en 2012, pues esto son solo patrañas mediáticas, y en lugar de paralizarse con el miedo, que aprovechen para acercarse y conocer lo verdadero de las culturas indígenas y del mundo maya”, dijo la historiadora Laura Caso, traductora del libro maya Chilam Balam de Ixil.
El encuentro de mayistas concluyó la noche del viernes, clausurado por el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alfonso de María y Campos.
Premios
Dos investigadores mexicanos menores de 35 años, Joshua Balcells González y Canek Estrada, recibieron el Premio Palenque para nuevo conocimiento sobre cultura maya pasada y actual, otorgado por el INAH.
El estudio de Joshua Balcells arroja luz sobre una de las áreas menos conocidas y comprendidas dentro de las llamadas Tierras Bajas Noroccidentales mayas: la región de Salto de Agua, donde entre 2008 y 2011, se registraron 66 sitios con evidencias arqueológicas, distribuidas en 120 kilómetros cuadrados, desde centros cívico-ceremoniales menores hasta cuevas.
Canek Estrada, en su investigación “Ideas del tiempo cíclico en la cuenta de 260 días entre los k’iche’s contemporáneos”, abordó la mayor celebración contemporánea de la “espiritualidad maya”, el día 8 B’atz’, en los Altos de Guatemala.
(FUENTE: cronica.com.mx)
No hay comentarios:
Publicar un comentario