Una multitud de cráneos humanos adornados con flores eran bendecidos hoy por un cura en un templo católico en un largo ritual ancestral que cada año cobra más vigor y cierra la festividad del Día de los Difuntos en ese país de fuerte tradición andina.
La misa de las calaveras llamadas "Ñatitas" por sus devotos se celebra cada 8 de noviembre en el templo del principal cementerio en La Paz y allá acuden centenares de personas con sus cráneos ricamente adornados para el ritual pagano-religioso.
Personas que no tienen una calavera propia acuden al templo a ver la bendición y después esparcen en las calaveras pétalos de flores, prenden velas, y les rezan pidiendo favores. Los cráneos tienen nombre y son considerados un miembro más de la familia.
Las personas que creen en este ritual atribuyen a los cráneos poderes especiales para sanar, cuidar la casa e impedir maleficios.
Hasta hace unos años estaba prohibido el ritual y se practicaba clandestinamente en rincones perdidos del cementerio, pero cada año la devoción aumenta y los curas católicos han tenido que aceptar, convencidos de que la gente está motivada por su fe a Dios.
Esta veneración de cráneos humanos se remonta a la poca precolombina y era practicada por pueblos ancestrales de las montañas andinas que rendían culto a la muerte. En algunos pueblos, como los Chipaya, hasta hace años desenterraban a sus muertos y compartían con ellos comida y bebida en el Día de los Difuntos.
(FUENTE: aztecanoticias.com.mx)
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