En las predecibles elecciones nacionales celebradas en Tanzania recientemente ocurrió algo sorprendente: un hombre de unos 50 años, padre de tres hijos y vecino de una ciudad costera del sur salió elegido como representante parlamentario. Pero lo que hacía que Salum Khalfani Bar’wani sobresaliese sobre los demás candidatos era su condición de albino.
Bar’wani padece un desorden genético que afecta a una de cada 3.000 personas en Tanzania y que produce una pérdida de la pigmentación en la piel, el pelo y los ojos. Con su piel quemada por el sol, pelo amarillento y claros ojos azules, los albinos africanos destacan entre el resto de la población.
Estar simplemente al aire bajo el sol ecuatorial puede resultar tan doloroso como mortal para esta gente: muchos albinos en África mueren de cáncer de piel antes de cumplir 30 años. Pero en Tanzania, y en la vecina Burundi, tendrán suerte si llegan a vivir tanto tiempo, debido al creciente tráfico de órganos humanos de albinos que ha surgido en los últimos años.
“Aquí la gente cree en algunas cosas”, dice Bar’wani por teléfono desde Lindi, en el sur de Tanzania. “Creen que si uno usa las partes del cuerpo de un albino, se hará rico”.
Infinidad de albinos han sido asesinados para que los médicos tradicionales puedan usar su piel o partes de su cuerpo para hacer pócimas destinadas a atraer la fortuna y la buena suerte. En idioma kiswahili ni siquiera hay una palabra para designar a los albinos, que en Tanzania son llamados “zeru” (fantasma).
Para combatir el escándalo de los asesinatos y mutilaciones de albinos, el presidente Jakaya Kikwete designó en 2008 a una mujer albina, Al-Shymaa Kway-Geer, para el Parlamento. Pero Bar’wani es el primero que sale elegido por votación popular.
“La gente aquí dice que los albinos no trabajan, que no pueden hacer nada”, dice. “Yo les digo que los albinos son personas, que no hay diferencia, que somos iguales que ellos y que podemos hacer lo mismo que los demás”.
Bar’wani, que se presentó con el Frente Unido Cívico, venció en las elecciones del 31 de octubre a un veterano político de Lindi, con un margen de más de 2.000 votos. “Entré en política para representar a la gente que tiene discapacidades”, afirma. “Para nosotros no hay oportunidades de educación ni trabajos en este país. Mucha gente albina es asesinada, pero el Gobierno no dice nada, permanece en silencio”.
Bar’wani espera que su victoria ayude a cambiar la situación. “Los albinos no son considerados totalmente humanos por los demás tanzanos”, explica Susan DuBois, directora ejecutiva del grupo estadounidense Asante Mariamu que defiende los derechos de los albinos y que apoya a los de Tanzania enviándoles protector solar, sombreros y ayuda financiera.
La organización se llama así en honor a Mariamu Staford, que tenía 26 años y estaba embarazada cuando una pandilla de hombres entró en su casa en el rural de Tanzania en 2008. Intentaron arrancarle los brazos. Sobrevivió al ataque, pero perdió sus dos extremidades y a su hijo. “Bar’wani será un ejemplo muy visible de que la gente albina es absolutamente normal, muy competente y capaz de hacer contribuciones serias a la sociedad”, apunta DuBois.
Durante la campaña electoral algunos de los oponentes de Bar’wani aseguraron que por ser albino era deficiente mental, o que la luz del sol le incapacitaba para pensar. Los activistas esperan que tales mitos desaparezcan con su entrada en el Parlamento.
“Los tanzanos están aceptando a la gente albina como gente normal, que tienen derecho a ser elegida y a ser parte del proceso de toma de decisiones políticas a nivel nacional”, afirma Nemes Temba, un albino que trabaja para Under The Same Sun, una organización con sede en Dar es Salaam. “Hubo un tiempo en el que se nos consideraba como fantasmas; se decía que no moríamos, sino que nos desvanecíamos. Estos son mitos que ahora empiezan a desaparecer. Y eso significa ya mucho”, dice Temba.
Ya ha habido algunas condenas ejemplares de asesinos de albinos que han contribuido a disminuir las matanzas y persecuciones. Al menos siete personas han sido juzgadas, incluidos cuatro hombres que han sido condenados a muerte por asesinar a otro de 50 años y arrancarle la cabeza y las piernas.
Temba dice que los asesinatos y los ataques alcanzaron su punto álgido en 2008, y que desde entonces han ido a menos: “No puedo decir que la elección de Bar’wani vaya a parar estos ataques, pero seguramente ayudará a reducir el número de asesinados y de atrocidades contra los albinos”.
(FUENTE: noticias.lainformacion.com)
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