En el mercado inmobiliario de Hong Kong hay una nueva tendencia que va ganando fuerza: como cada vez resulta más difícil encontrar una vivienda atractiva, los inversores compran inmuebles en los que se cometieron crímenes horribles. La creencia popular habla de las “casas de las apariciones de fantasmas” o “Hongza”.
La palabra china “xiong”, que en dialecto hongkonés se pronuncia “hong”, significa calamidad, violencia y muerte, mientras que “za” significa vivienda.
En un distinguido barrio de Hong Kong se registró recientemente un caso así, cuando uno de sus residentes se mató tirándose desde un rascacielos. Cayó sobre la terraza del apartamento en el primer piso.
Los inquilinos se mudaron consternados de inmediato, pero el propietario encontró enseguida a un europeo que, a pesar de la horrible tragedia ocurrida en la terraza, quería alquilar un apartamento atractivo.
La venta de un “hongza” puede ser una opción para los vendedores que buscan gangas: los precios de venta suelen ser un 40 por ciento más baratos que la media en la populosa ciudad, si en la vivienda se ha cometido un asesinato.
“El tiempo cura todas las heridas”, asegura en su blog el vendedor de inmuebles Mo Yu-Wen, quien suele invertir en este tipo de propiedades. “Si el propietario de una 'hongza' quiere alquilar, tiene que rebajar el alquiler al menos un 20 por ciento en comparación con una vivienda similar en la que ocurrió una muerte que no fue por causas naturales”.
“Pero con el tiempo, la gente se acordará cada vez menos de los crímenes y la propiedad subirá de valor”, agrega el especulador.
El mercado inmobiliario, en la región china de administración especial, ha desarrollado un sistema macrabro que divide las “hongza” en cuatro categorías. Las casas con un pasado violento son las de “clase 4” y están catalogadas con cuatro calaveras, como por ejemplo la vivienda en la que una joven fue brutalmente asesinada y descuartizada en julio de 2009. El crimen mantuvo a Hong Kong consternado durante meses.
Una vivienda de “clase 1”, con sólo una calavera, significa que en el apartamento se registró un acccidente mortal. De acuerdo con los blogs de los inversores en los mercados inmobiliarios resulta atractivo invertir en cualquiera de las cuatro categorías. Lo importante es que la rebaja en el precio sea lo suficientemente grande.
También hay que entender quiénes son los potenciales compradores o inquilinos, pues hay algunos que, a diferencia de la mayoría de hongkoneses, que son supersticiosos, no creen en las “apariciones” de los espíritus muertos.
Y esos son en general occidentales como el inquilino europeo al que no le importó que en las plantas de su terraza se hubiese muerto una persona. También los cristianos en general son menos supersticiosos o los que trabajan en el ámbito de la medicina. Los médicos y las enfermeras están “más acostubrados a los accidentes mortales”, apunta en su blog Mo Yu-Wen, el especulador inmobiliario.
(FUENTE: lacapital.com.ar)
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