Astrónomos del Observatorio Paranal, en Chile, descubrieron las estrellas más primitivas fuera de la Vía Láctea gracias al uso del Very Large Telescope del Observatorio Europeo para Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO, por sus siglas en inglés), informó hoy este organismo.
"Nuestro trabajo no sólo ha develado algunas de las interesantes primeras estrellas en estas galaxias, sino que también ha entregado una nueva y poderosa técnica para descubrir más estrellas de este tipo", dijo Else Starkenburg, investigador a cargo de este estudio.
Las estrellas primitivas se formaron justo después del Big Bang, hace 13.700 millones de años, y tienen menos de una milésima parte que el sol de elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, por lo que son conocidas como "estrellas extremadamente pobres en metales".
El Equipo de Abundancia y Velocidades-radiales de galaxias Enanas usó el instrumento FLAMES del Very Large Telescope de ESO para medir el espectro de unas 2.000 estrellas gigantes individuales en las galaxias enanas Fornax, Sculptor, Sextans y Carina, vecinas a la Vía Láctea.
En la investigación, los astrónomos descubrieron que sólo sutiles diferencias distinguen la huella química de una estrella normal pobre en metales de una extremadamente pobre en metales, lo que explicaría por qué los métodos previos no podían indentificarlas.
Los astrónomos también confirmaron el casi prístino estado de numerosas estrellas extremadamente pobres en metales, gracias al espectro aún más detallado obtenido con el instrumento UVES del Very Large Telescope.
"Comparado con las vagas huellas que habíamos obtenido antes, esto es como si hubiéramos mirado las huellas a través de un microscopio", explicó otra integrante de la investigación, Vanessa Hill.
El descubrimiento ayudará a resolver un importante enigma astrofísico concerniente a las estrellas más antiguas de las galaxias, algo que resulta crucial para la comprensión de las estrellas primitivas del Universo.
Esta investigación se suma a la imágenes de estrellas en la nebulsa de Orión obtenidas en el Observatorio Paranal, en Chile, donde los científicos aprovechan la claridad única que ofrece el cielo desértico para la observación astronómica.
(FUENTE: milenio.com)
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