El médico alemán Franz Anton Mesmer, quien es recordado mañana que se cumplen 280 años de su nacimiento, trascendió por haber descubierto el magnetismo animal, que años después fue nombrado mesmerismo.
Las ideas y prácticas del especialistas además cimentaron la base que llevaron al neurocirujano escocés James Braid a desarrollar sus estudios sobre la hipnosis.
Franz Anton Mesmer vio la primera luz el 23 de mayo de 1734 en Radolfzell, Alemania, en el seno de un hogar liderado por un guardabosques del obispo de Constanza.
Se trasladó a Viena, Austria, para estudiar Teología, Filosofía y Derecho, y posteriormente se convirtió en médico, tras titularse con la tesis “De influxu Planetarum en corpus humanum”, en la que revivió la antigua idea de que los planetas del sistema solar emanan rayos invisibles que afectan el cuerpo humano, misma que nombró magnetismo animal, y los rayos de fluido magnético.
Es esos años, apuntan sus datos disponibles en el sitio “mcnbiografias.com”, contrajo matrimonio con una madura y rica viuda de van Bosch, quien poseía un lujoso palacio, que se convirtió en escenario de su vida y obra, y cuya fortuna le permitió vivir el resto de sus días sin preocupaciones económicas.
De acuerdo con su biografía publicada en el portal de Internet “anton-mesmer.com”, tiempo después Mesmer fundó una escuela en Viena, donde se practicó la curación a través de magnetismo animal, el aprovechamiento del fluido magnético a través de piezas de hierro y minerales conductivos, que se colocaban sobre los puntos enfermos de los pacientes.
Sus estudios lo llevaron a descubrir que la gente podría recibir los efectos magnéticos a través de la imposición de las manos o incluso simplemente hablando con el paciente, lo que tiempo después sería considerado como el inicio de la hipnosis.
En esos años, el médico gozó de gran fama, ya que numerosas personas buscaban ser atendidos con su innovadora técnica de curación, que atrajo entre otros a Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), a la emperatriz María Teresa I de Austria (1717- 1780) y a la pianista ciega, Maria Theresia Paradis (1759-1824).
Tras el aparente fracaso con la pianista Paradis, el prestigio del que gozaba Mesmer se vio derrumbado, e incluso fue acusado de fraude, por lo que en 1778 se trasladó a París, Francia, donde se relacionó con el alquimista, inventor y músico Saint Germain (1696-1784).
Luego de que el rey Luis XVI (1754-1793) estableciera un comité médico para investigar a fondo los fenómenos magnéticos, mismo que reveló que los rayos magnéticos eran inexistentes, Mesmer tuvo que abandonar París, pues nuevamente fue tachado como charlatán.
El siguiente destino del médico alemán fue Londres, Inglaterra, donde trato de volver a poner en marcha sus métodos curativos, no obstante volvió a fracasar por lo que se trasladó a Suiza, donde murió el 5 de marzo de 1815.
(FUENTE: rotativo.com.mx)
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