Personificada culturalmente como una reina o diosa, María Lionza es la imagen central del llamado Espiritismo Marialioncero, culto en el que se combinan creencias africanas, indígenas, católicas, además de ritos, y que utiliza elementos de la religión vudú y yoruba, junto con elementos teológicos y místicos de varias culturas.
Existen numerosas teorías sobre el origen del mito de María Lionza, a pesar de ser todas distintas, coinciden en señalar a esta mujer como un ser sobrenatural que habita en las montañas de Sorte, estado Yaracuy, desde donde el culto se extendió al resto del país aproximadamente en el año 1900.
El culto a Yara (como también se le conoce), tuvo gran auge en los años 50, durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, quien ordenó que se estableciera en 1953, en la autopista del este, a la altura de la Universidad Central de Venezuela, una estatua de ella sobre una danta, obra del escultor Alejandro Colina, la cual se derrumbó a causa de falta de mantenimiento, siendo sustituida por una réplica.
Esta obra representa a una mujer de rasgos indígenas, con los brazos extendidos al cielo y una pelvis femenina en sus manos, como símbolo de fertilidad. A su vez, la danta pisa unas serpientes como insignia de egoísmo y envidia.
Según el espiritista Deiny Colina, María Lionza es considerada como una reina venezolana, “en ella se resalta la cultura indígena y aún se mantienen sus tradiciones…preserva la esencia de cada ser humano, que se lleva a cabo cuando se habla con un espíritu para obtener soluciones y curaciones, esto cuando se hace se le debe pedir permiso a María Lionza”.
A juicio de Colina, Yara es considerada como la diosa de la paz, el amor, las montañas, el bosque, los perfumes y el trueno. Además permite la comunicación con energías sobrenaturales, “ella es la madre de cada uno de los creyentes, todo lo que se vaya a hacer en la parte espiritual o terrenal, María Lionza permite el acceso a todas esas entidades, para que ingresen al cuerpo de la persona y haga una curación”.
La cultura venezolana está formada por indios, negros y blancos españoles, de la cual María Lionza es la máxima deidad de la trilogía por su jerarquía en los cortes espirituales venezolanos; los otros dos son el Cacique Guaicaipuro y el Negro Felipe.
El culto a Yara se diferencia por su doctrina; se celebra el 12 de octubre, día de la Resistencia Indígena (popularmente conocido como “Día de la raza”); su festejo se extiende por todo el territorio nacional e incluso en todos aquellos países donde existen colonias venezolanas.
Los creyentes van a la montaña de Sorte, y llenan los espacios disponibles para preparar sus portales y realizar sus ritos. Subiendo por uno de los lados del río, se pueden observar a los feligreses que ingresan en los pozos y se bañan bajo las caídas de agua, para hacer despojos y purificaciones. En la montaña, los practicantes observan cuando un creyente es poseído por un espíritu, que son pedidos para realizar alguna purgación. Estas energías hablan mediante quien es poseso y llevan mensajes para los presentes en el ritual.
María Lionza como Patrimonio Cultural de la Humanidad
Especialistas de la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy, del Centro de Diversidad Cultural y del Instituto de Patrimonio Cultural, introdujeron una petición a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, las Ciencias y la Cultura (Unesco), donde requieren que el mito de María Lionza sea declarado patrimonio cultural de la humanidad.
Luis Gallardo, director operativo del Gabinete de Cultura del estado Yaracuy, asegura que este culto forma parte del acervo cultural del país y “bien merece pasar a ser patrimonio mundial”.
Señaló que el mito congrega 22 cortes religiosas, que simbolizan las 22 quebradas que llegan al río del estado Yaracuy y que, según la leyenda, fueron establecidas por el Dios Anaconda luego de dormir a 22 soldados, para que velaran por la conservación de la naturaleza.
El escrito final se afinará en las próximas semanas para llevarlo a las autoridades culturales del país, evaluarlo y adecuarlo para elevar el mito al sitial histórico cultural que se merece.
Teorías sobre el origen de María Lionza
Existe una gran cantidad de historias sobre el origen de María Lionza, una de ellas es que su figura evolucionó mediante una antigua deidad indígena, como lo son Yara, Bauchué, Chía, Caapora, entre otras.
Otra de las historias es que surge de la dama española María Alonso, quien poseía onzas de oro y al morir fue apodada María de la Onza.
También se ha relatado que María Lionza era hija de un matrimonio millonario español, quien desapareció a los 15 años de edad, mientras nadaba en un lago de las montañas de Sorte. Al darla por muerta, se conoció que fue salvada por una onza.
De cualquier manera, María Lionza es venerada como diosa de la fortuna, la paz, el amor y la naturaleza; sus seguidores la invocan para pedirle favores de salud, económicos y en muchos casos, provocar daños a terceras personas.
(FUENTE: noticias24.com)
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