En el seco desierto chileno de Atacama el folclore se mezcla con la superstición y la superstición con la religión. Ahí, los días calientes son seguidos por noches heladas. En el campamento Esperanza, a la entrada de la mina San José, los familiares de los mineros atrapados se reúnen cada noche en torno a fogatas para contar historias. En los últimos días, todos quieren escuchar la del minero y la mariposa blanca.
El primero que la contó fue uno de los 33 mineros atrapados, Jorge Galeguillos, en una carta enviada a su hermano.
Era el 5 de agosto por la mañana cuando Galeguillos regresaba a la mina a bordo de una camioneta Nissan Terrano, a través de un túnel de cuatro metros de diámetro. Su amigo, el ex jugador de futbol, Franklin Lobos, iba al volante.
"Habíamos estado en el taller y regresábamos abajo cuando una losa de roca cayó justo detrás de nosotros. Cayó pocos segundos después de que pasamos. Justo adelante vi a una mariposa blanca", escribió Galeguillos en una carta de dos páginas dirigida a su hermano, Eleodoro, quien también es minero.
Galaguillos y su acompañante bajaron la velocidad para observar a detalle la mariposa. Esa decisión salvó sus vidas.
"Después de eso estábamos en medio de una avalancha de lodo y polvo. No podía ver mi mano en frente de mi cara. El túnel colapsó y las rocas enterraron una retroexcavadora. Un tanque de agua más abajo también quedó casi completamente enterrado", continuó.
Un gran bloque de rocas cayó detrás de ellos y bloqueó por completo el nivel 190 de la mina (ubicado al nivel del mar), más rocas bloquearon el nivel 335, cerca de la entrada.
Cuando el polvo se asentó, Lobos y Galeguillos comenzaron a manejar de nuevo entre las rocas que parcialmente cubrían el túnel. Eventualmente lograron encontrar y reunirse con los otros 31 mineros que se encontraban a salvo en el refugio de 50 metros cuadrados en el nivel 100.
El hermano de Galeguillos dice que no tiene una explicación racional acerca de cómo una pequeña mariposa blanca podría haber volando más de 500 metros de profundidad en la mina.
Como la mayoría de los mineros en esta región desértica, es un católico ferviente y profundamente supersticioso. También cree en las historias de los "viejos".
Eleodoro Galguillos parece cohibido cuando da su explicación sobre la mariposa blanca: "En el campo, nuestros abuelos, que eran campesinos, sabían que era un buen presagio toparse con una animal blanco en medio de la noche", comenzó.
"Abajo en la mina, no sé qué era en realidad esa mariposa, tal vez un angelito pasando en frente de ellos o un pequeño dios diciendo 'apúrense, que hay peligro ahí'", dijo Eleodoro.
Parece estar seguro de que la mariposa protegió la vida de su hermano y de su amigo. "Se salvaron por nada. El derrumbe ocurrió encima y por debajo de ellos. Y ya había enterrado cosas en todo el túnel", explicó Galeguillos.
El desierto florido
El consultor de minas, Miguel Fortt, quien regularmente visita a los familiares de los mineros, explica que las pequeñas mariposas blancas pueden ser vistas algunas veces en las flores violetas de la región que florecen unas pocas horas en el desierto de Atacacama algunas veces al año cuando hay mucha niebla y rocío. A este fenómeno le llama "el desierto florido".
El lugar más cercano donde se encuentran estas flores está a dos kilómetros de la mina. Fortt considera que es extremadamente extraño que uno de estos insectos vuele 500 metros bajo tierra.
La explicación más lógica, desde su punto de vista, es que la mariposa fue aspirada a la mina a través de de la chimenea de ventilación por una corriente descendente generada por el colapso. Aunque él mismo no está convencido de su explicación.
"La gente religiosa le llamaría a esto un milagro. Desde la perspectiva científica, la mariposa puede haber entrado en la minia a través de las corrientes de aire. Puedes elaborar tus propias conclusiones pero esa mariposa salvó sus vidas", aseguró Fortt.
Ciencia o superstición, Fortt insistió en que Galeguilllo y Lobos bajaron la velocidad de la camioneta para poder ver de cerca a la curiosa mariposa, y que esa reducción de velocidad evitó que el derrumbe los atrapara.
Una carta que conmueve
Fortt tiene una copia de la carta de Jorge Galeguillos y asegura que la historia de la mariposa tiene un impacto profundo en quienes la escuchan. "He visto gente que llora cuando leen sobre la mariposa que pasó frente ellos", dice.
A 700 metros bajo tierra, Jorge Galeguillos no se ha explicado la historia. En su carta se nota que le es difícil es escribir. "Eso es todo por ahora", dice. "Perdón, no puedo escribir más porque necesito mis lentes".
No hace falta que dé más explicaciones. Los pocos detalles que reveló sobre la historia dejaron pocas dudas entre quienes esperan en la superficie. Mientras se reúnen en torno a las fogatas, las familias repiten el cuento de una mariposa blanca que, según dicen, era un ángel guardián.
(FUENTE: elmanana.com.mx)
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