María Alejandra y su mejor amiga, hace 5 años, tuvieron la curiosidad de saber qué sería de su futuro. Para ese entonces, creyeron encontrar una alternativa que venía con la lectura del tarot, del huevo, del cigarrillo, de las líneas de la mano, de la lengua o de lo que se les apareciera.
Primero, llegaron donde un hombre que decía leer el tarot en un cuarto oscuro, alejado de las demás habitaciones de la casa. Él les solicitó que se levantaran de sus sillas, se acercaran y cerraran los ojos para "quitarles malas energías".
Comenzó a "rezar y a tocarnos por el abdomen, hasta llegar al pecho, donde supuestamente era más importante hacernos la limpieza. Quería sacarnos la plata y abusar de nosotras", explica la joven.
Luego, conocieron a una mujer que les hacía frotar el huevo por todo su cuerpo para decirles pasado, presente y futuro. Predecía embarazos y diagnosticaba supuestas enfermedades. A pesar de las 'maravillas' que decía hacer, tampoco era lo que buscaban este par de jóvenes: "Para nosotras esa señora no sabía nada. Ella iba preguntando cosas de nuestra vida y de ahí deducía", cuenta María.
Finalmente, llegaron a un lugar distinto, que las hizo cambiar de opinión. "Era un sitio con imágenes de santos y ángeles por todas partes, un local pequeño, con olor a incienso y venta de velas de colores. Era más bien tranquilo y ella se veía muy espiritual y, como somos católicas, nos gustó", cuenta María Alejandra.
Una mujer les leía el tarot de los ángeles y se ayudaba con novenas. Comenzaron a visitarla con más frecuencia y fueron mezclando su religiosidad con poderes esotéricos y con astrología. Para ellas, los acontecimientos que les predecía salían.
Más lugares para respuestas
Con el paso de los años, el número de establecimientos que presta este tipo de servicios -que algunos piensan son producto de la adivinación y otros de la ciencia- ha ido en aumento en Bogotá: en el 2008 eran 9 locales registrados ante la Cámara de Comercio; el año pasado fueron 39 y, en éste, ya van 73, sin contar con el número de negocios ilegales que operan.
En la actualidad, la localidad de Teusaquillo tiene 14 locales que renovaron su registro ante la CCB; le sigue Kennedy con 7 y Engativá con 4.
Es tal el auge de este tipo de actividades, que ya se creó un espacio en televisión, Signos, en el que se realizan consultas de manera presencial, vía telefónica y mediante mensajes de texto. Las cadenas radiales, especialmente en AM, cuentan con espacios diarios para publicitar los servicios y presentar el horóscopo.
'Zafiro', astróloga, tarotista y numeróloga, asegura que la mayoría de las personas que llegan a su consultorio lo hacen con el ánimo de preguntar acerca de su situación afectiva y empresarial. "Lo más importante para todos es el acceso inmediato a cualquier inquietud de la humanidad: salud, dinero y amor", dice.
Pero, ¿qué razones podrán atribuírsele a este aumento progresivo, que a personas como María Alejandra les llama la atención, y que termina por convertirse en una necesidad?
Para Édgar Mora Castañeda, docente de filosofía y teología, esto obedece a "una falta de profundización en el conocimiento de la fe". La globalización acelerada, especialmente de los últimos años, "impone estos modelos, que facilitan el encuentro de distintas culturas religiosas".
La visibilización, especialmente mediática, supone que "apenas ahora los bogotanos puedan estar reconociendo sus inclinaciones hacia estas prácticas, pero el hombre, desde tiempos ancestrales, le ha querido dar respuesta a su vida, queriendo controlar el universo, incluso, la muerte. Todos quieren salud, belleza, riqueza y amor". (...) Esto no es nuevo, es una constante en todos los lugares del mundo: siempre hay magia y ciencia", explica Carlos Ernesto Pinzón, docente del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional.
Así como las supuestas respuestas, enfocadas a los aspectos emocional y laboral, pueden ser correctas, hay quienes piensan que esto es producto de la psicología.
"Ellos primero indagan en la vida personal para luego contestar, y aunque creo, también pienso que esto puede terminar siendo una respuesta deductiva", afirma María Alejandra.
EL TIEMPO recorrió varios de estos lugares esotéricos y encontró que el valor de las consultas varía de acuerdo con el lugar y la modalidad de lectura.
En sitios registrados, una consulta puede costar más de 100 mil pesos, mientras que en los lugares que operan ilegalmente el costo está entre 30 mil y 80 mil pesos, con una duración de 30 a 60 minutos por sesión. De acuerdo con el antropólogo Pinzón, existe una mezcla de tendencias religiosas con este tipo de prácticas, que se hace evidente en el manejo de imágenes religiosas dentro de los centros de consulta. "Dios nos permite ayudar a la gente. Piden por la salud y trabajamos con José Gregorio Hernández", remata Gloria.
Iglesia arremete contra esos lugares
La Iglesia Católica, por ejemplo, institución que ha enfatizado en que dichas prácticas son una gran mentira, considera que éstas "van en contra del proyecto que tiene Dios para cada uno de nosotros. La Iglesia no está de acuerdo con la hechicería ni con la magia. Esto es falso; trata de influir en las personas y las confunde", asegura el padre Ramiro Bustamante, párroco de la iglesia de San Alfonso María de Ligorio, de La Soledad.
Por su parte, la 'profesora Gloria', del Templo del Indio Amazónico, considera que esta apreciación es un error. "Nosotros somos católicos; gracias a Dios ayudamos a la gente. Hacemos lo mismo que hace la Iglesia: allá se les pide a los santos y aquí llegan a lo mismo", explica ella.
(FUENTE: eltiempo.com)
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