Al Puente del Diablo, en pie desde 1782, le descubrieron el arco número 13 durante las obras de restauración. Hace una cantidad incalculable de años que "los arcos no se tocaban", y sólo eran visibles los 12 con los que está registrado.
Lourdes Adriana Alcázar Castillo fue quien hizo el hallazgo; fue la arquitecta a cargo de la restauración a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Cuando arrancó la intervención mediante el Programa de Empleo Temporal (PET) en el 2009, sólo se distinguía la parte superior del puente, se realizaron trabajos de desazolve y fue en esta fase donde se encontró el otro arco en ambos lados del puente, "al parecer si atraviesa, pero no pudimos excavar, podría aumentar el cause del río y ocasionar problemas", explicó la arquitecta.
Se restauró el muro de borde y se le construyeron entre 60 y 70 centímetros, en apego a los aspectos técnicos autorizados por el INAH y en base a los archivos históricos del lugar, se trata de regresarlo a su estado original.
Legado
El poblado de Navacoyán está en el itinerario cultural del Camino Real de Tierra Adentro en su paso por Durango.
Es uno de los 19 sitios que se integraron al bien declarado patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Navacoyán se convirtió en 1563 en la puerta de evangelización para el Norte de América, la hacienda de San Diego de Navacoyán fue gran productora agrícola. El puente era de las rutas de paso obligado de arzobispos.
El Puente del Diablo atraviesa el Río Tunal, fue construido por Pedro Mijares en 1782; su edificación de doble arco es considerada de los más antiguos del país y referente de la ingeniería civil colonial y la caminera del norte. Hasta el año pasado al puente se contaban 12 arcos de medio punto. Está hecho de tabique y muros de piedra volcánica.
La leyenda
Al albañil que le encomendaron construir el puente le vendió su alma al diablo para que le ayudara pues vio que no lo podría terminar, el pacto fue concluir antes de la media noche; pero cuando al diablo le faltaba poner la última piedra, los gallos cantaron y el albañil salvó su alma. "En alguna parte de aquí falta una piedra, según la tradición", concluyó la arquitecta.
(FUENTE: elsiglodedurango.com.mx)
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