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sábado, 11 de septiembre de 2010

Misterio por la desaparición de ancianos en Japón


En el marco del escándalo que conmueve a Japón por la desaparición de miles de ancianos centenarios, que se presume habrían muerto hace mucho tiempo, las autoridades locales admitieron ayer que no han logrado localizar a más de 230.000 japoneses de por lo menos 100 años, que figuran en los registros de la administración pública como si estuvieran vivos.

Durante la presentación del primer balance oficial sobre ciudadanos longevos, realizada ayer en Tokio, el ministro de Justicia japonés, Keiko Chiba, reconoció que existen fuertes "discrepancias entre lo que está escrito en los registros y la realidad", lo que evidencia "el aislamiento de las personas en la sociedad" a medida que envejece la población.

Sobre la base de un sondeo nacional realizado en los registros familiares, las autoridades no lograron dar con el paradero de 234.354 ancianos de más de 100 años, que estarían perdidos o muertos. De ese total, 77.118 tendrían hoy más de 120 años, mientras que otros 884 llegarían a los 150 años.

El ministro explicó que muchas personas cuyo paradero se desconoce podrían haber muerto en la Segunda Guerra Mundial o en los años de posguerra, o bien haber emigrado, sin que estos hechos hayan sido informados a las autoridades.

Según denunciaron medios locales, en tanto, muchas de las "desapariciones" estarían relacionadas con el cobro fraudulento de pensiones por parte de los familiares de los ancianos.

Macabros descubrimientos
La preocupación por la desaparición de ancianos en Japón -país que se jacta de la longevidad de sus habitantes- cobró notoriedad en los últimos meses, tras una serie de espeluznantes descubrimientos, que despertaron la alerta por la suerte de muchas personas de avanzada edad.

El primero de estos macabros casos ocurrió a fines de julio pasado, cuando una llamada de cumpleaños por parte de funcionarios de Tokio a un hombre que supuestamente cumplía 111 años derivó en el hallazgo de su esqueleto en su cama. En realidad, el hombre había muerto hace 32 años, en 1978, pero su fallecimiento había sido ocultado por sus familiares, para seguir cobrando la pensión.

En otra oportunidad, la policía de Tokio encontró en la mochila de su hijo los restos de una mujer que se creía que tenía 104 años; los había guardado ahí 10 años atrás.

Días atrás, en tanto, una mujer de 58 años, que reside cerca de Osaka, admitió que había guardado a escondidas el cadáver de su padre, muerto cinco años antes.

Tras las discrepancias descubiertas entre la realidad y los registros familiares gracias al balance oficial sobre ciudadanos longevos, el gobierno japonés informó ayer que dio instrucciones a las oficinas regionales para que eliminaran los nombres de las personas de 120 años o más cuya residencia no haya podido confirmarse.
Por otro lado, el ministerio de Justicia aclaró que el impacto de este descubrimiento en la esperanza de vida de la población será mínimo, ya que ese parámetro se calcula a partir de otros datos, recolectados en las visitas casa por casa que hacen los trabajadores de campo durante las campañas de censo nacional.

Las autoridades japonesas informaron en julio que la esperanza media de vida de sus habitantes alcanzó un récord mundial: 86,44 años para las mujeres y 79,59 años para los hombres.

(FUENTE: y AFP)

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