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miércoles, 10 de junio de 2009

Casas embrujadas de Argentina: El antiguo Hospital de Rosario



El antiguo hospital se ubicaba entre las calles Sarmiento, Rueda, Mitre y Virasoro, en Rosario(Argentina) Virasoro, y fue el primer Hospital de la ciudad. Fue inaugurado el 24 de junio de 1898, con el nombre de Hospital Rosario. Inicialmente estaba reservado para la atención de mujeres y niños. El 23 de noviembre de 1949 se le renombró como ha sido mejor conocido: Hospital Doctor Clemente Álvarez, en honor al ilustre médico fallecido el 22 de julio de 1948, siendo conocido como el “Heca”. El hospital se mantuvo dando sus servicios a la comunidad hasta mediados del 2007, cuando concluye la construcción de las nuevas instalaciones, emplazadas entre las calles Av. Pellegrini, Cochabamba, Crespo y Vera Mujica. Finalmente el 25 de abril de 2008 se efectúa el traslado de todas las áreas y el personal del hospital al nuevo edificio y comienza la prestación de servicios.

El viejo Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), se convirtió entonces en objeto de leyenda En Rosario: con el paso del tiempo, una historia fue cobrando vida y ahora parece estar encarnada entre las paredes de la construcción en estado de cuasi abandono, que espera ser reciclada.

El fantasma del Heca
Las anteriores instalaciones del Heca son custodiadas por dos guardias que se dividen entre las 24 horas. Son dos tipos que hacen lo máximo para cumplir con su trabajo, pero no escapan a las generalidades de la ley: cuando la luz natural se esfuma, las sombras de la noche imponen sensaciones de inseguridad y temor magnificadas por la enorme superficie del lugar.

Por las noches y las madrugadas, el empleado que queda de turno debe salir a recorrer los espacios. No sólo tiene que sortear la suciedad y el abandono, sino pasar por largos pasillos oscuros e ingresar a habitaciones donde hubo muertes y situaciones desesperantes. Esa carga emocional se suma como un lastre plomizo. Y es allí donde todo puede pasar.

Dicen que durante las caminatas por los eternos y laberínticos espacios, se oye un grito, como un quejido, de alguien que evidentemente está sufriendo. Esta situación habría sido corroborada por los vecinos, quienes ya no dudan en hablar del "fantasma del viejo Heca".

Una vez concretada la inspección rutinaria, el guardia prefiere resguardarse en su cabina, y se asegura de trabar la puerta muy bien,… por las dudas.

1 comentario:

  1. Por más que la veracidad sea cuestionable, me gustó la narrativa de la nota. Tétrico, sin ser macabro.

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