Por: Reynaldo Silva Salas.
Este sencillo ritual tiene como finalidad obtener a la vez una protección inmediata ante enemigos, rivales, gente con malos deseos para con nosotros y de los cuales sabemos la inminencia de una ataque mágico, una visita incómoda y molesta o incluso cuando sabemos que nos buscan para hacernos pasar un mal rato; en todos estos aspectos, este ritual simple neutraliza toda mala fe del individuo en cuestión y a la vez disminuye al mínimo cualquier efecto posterior.
Para realizarlo, la persona que desea protegerse solo necesita un elemento que nunca debe faltar en el hogar ni en el centro de trabajo: un cuchillo nuevo, que no sea usado para nada más que para esta función protectora, y de mango de madera negra (si no lo consigue con ese color de mango, puede pintárselo usted mismo).
Forma de uso:
Téngalo siempre en un cajón oculto a la vista de los demás y a ser posible, envuelto por completo en una hoja de papel blanco.
1-Cuando sepa la inminencia de un ataque de mala Fe o una agresión mágica, e incluso, si va a visitarle un cobrador molesto o una persona que le es realmente desagradable, tome su cuchillo y desenvuélvalo. A solas, con las piernas separadas y bien plantadas en el suelo, póngase de pie frente a la puerta por donde vendrá esa persona molesta o por donde simbólicamente entrarían las malas vibraciones. No tema: sienta confianza en sí mism@.
2-Empuñando el cuchillo firmemente con su mano fuerte (la mano que escribe), álcelo por encima de su cabeza; cierre los ojos y aspire aire por la nariz con fuerza; sienta la energía del universo que le llena y le da poder. Abra los ojos y mirando a la puerta, deje caer su mano armada por el cuchillo con fuerza, cortando el aire y "cortando" la imagen de su enemigo, al cual debe visualizar: haga así un tajo potente en el aire de arriba hacia abajo, soltando de golpe el aire en sus pulmones y diciendo con fuerza "¡Sabied!".
3-Luego de esto, cierre los ojos de nuevo, aspire aire por la nariz con fuerza otra vez; sienta la energía del universo que le llena y le da poder y lance otro trazo de derecha a izquierda en el aire, "cortando" lotra vez a su enemigo, y diciendo de nuevo con fuerza "¡Sabied!".
4-Así ha creado una cruz no solo de protección ante usted, sino que ha inflingido un golpe energético potentísimo a su adversario; repítalo 2 veces más. Son 3 cruces de poder.
5-no hace falta hacer más: sentirá el poder logrado y el efecto en su rival. Envuelva su cuchillo en una hoja nueva de papel y guárdelo. Está hecho.
RECOMENDACIÓN: si también desea que la molestia de esta persona desaparezca y no tener que volver a utilizar este ritual con él/ella, al final de trazar las tres cruces dé un potente golpe con la punta del cuchillo al suelo frente a usted mientras dice en voz alta "¡así sea!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario