Al son de la canción “Caminos de Michoacán”, el buque-escuela mexicano Cuauhtémoc tiró anclas en el Puerto de Acapulco, de las cuales había salido en abril pasado.
Desde lo alto de un buque situado del otro lado del muelle, de confección cien por ciento mexicana y nombrado Montes Azules, el presidente Felipe Calderón, vestido con guayabera blanca, les saludaba agitando la gorra que suele portar para estos eventos: la de cinco estrellas en su calidad de comandante supremo de las fuerzas armadas.
En los buques y en el muelle las familias de los 56 guardiamarinas coreaban porras, portaban pancartas de bienvenidas con corazones y la foto impresa de sus familiares. “Bienvenido, Migue, te amo, mi gordo. Tu familia te ama”, se leía en la de mayor tamaño.
En el curso de la ceremonia, la algarabía detona cuando el capitán de navío, Marco Antonio Vila, hace notar que “se ha acabado el mito marinero de que las mujeres a bordo atraen tormentas e infortunios”.
Se soltaron los aplausos mientras el marinero destacaba: “A bordo de los buques de la Armada de México las mujeres sí son de buena suerte”.
Ello, porque es la primera vez en los 29 años de este buque, denominado el Caballero de los Mares, que se incluye a personal femenino en su travesía de más de siete meses por 16 puertos en más de once países visitados.
Poco antes de esta recepción en la que se detonaron diez cañonazos, Calderón atestiguó técnicas de rescate de náufragos que realizan las diversas estaciones navales y que desde su creación en 2007 han salvado más de mil 585 vidas.
La explicación que se da a Calderón es atendida por Alejandro Poiré, que a ratos se quita un poco el sudor de la frente, a ratos en la nuca. Acostumbrado al encierro de las oficinas, en su primera gira como secretario de Gobernación, lo candente del sol de Acapulco parece darle la bienvenida.
Acostumbrado a desear a los marineros “buen viento y buena mar”, Calderón repite la frase al presentar a México y al mundo al buque Montes Azules, “de manufactura y diseño cien por ciento mexicano. Fue construido en el Astillero de Marina número 20 en Salina Cruz, Oaxaca”.
Tras un breve recorrido por el buque, Calderón detalla que en su construcción se invirtieron 320 millones de pesos y se utilizaron 600 mil horas-hombre. “Este buque brindará de manera oportuna y eficiente apoyo logístico de transporte de material y personal para las operaciones navales”, asegura el mandatario.
Añade que además “prestará apoyo a los mexicanos que lo necesiten a causa de desastres naturales y también a poblaciones hermanas de otras naciones”.
(FUENTE:cronica.com.mx)
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