Como no podía ser de otra forma, los relatos de vampiros nacieron durante el Romanticismo, con su exaltación de lo irracional, aunque los orígenes del mito se pierden en la noche de los tiempos. Fue curiosamente John Polidori, médico y secretario de Lord Byron, quien escribió el primer cuento del género durante una velada en la que nació igualmente el Frankenstein de Mary Shelley. No obstante, sería Bram Stoker varias décadas más tarde quien conferiría a la figura del “no muerto” estatus de arquetipo literario con su ‘Drácula’.
Desde entonces los relatos de vampiros han experimentado muchas variaciones y el tratamiento de estos personajes giros muy peculiares (basta ver la famosa saga ‘Crepúsculo’ para comprobarlo). Ahora y dentro del género terrorífico, el andaluz Lorenzo Fernández Bueno (Jaén, 1973) nos ofrece otra forma de escribir sobre esas criaturas en ‘El vampiro de Silesia’.
Periodista de largo recorrido en temas inquietantes, Bueno dirige actualmente la revista ‘Enigmas del hombre y del universo’ y colabora en el programa radiofónico ‘La rosa de los vientos’ dentro de su tertulia ‘La zona cero’. Así mismo, ha publicado varios trabajos ensayísticos sobre cuenstiones paranormales como ’99 lugares donde pasar miedo’, ‘La guía del terror’, ‘Templarios, nazis y objetos sagrados’ o ‘Me llama poderosamente la atención’. Sin embargo, como narrador sólo había publicado ‘Terrores nocturnos’, un libro de cuentos, antes de la novela que nos ocupa.
En cuanto a ésta, en ‘El vampiro de Silesia’ Bueno interpreta de otra forma la manera de provocar terror con estos seres míticos. Porque el eje argumental de la obra no es un vampiro que ataca a sus víctimas al modo clásico sino el descubrimiento del cadáver de una mujer torturada siglos atrás por ser considerada una “no muerta”. El hallazgo se produce, para resultar más macabro aún, en la veneciana isla de Poveglia, donde eran enterrados los que morían por la peste.
Es el antropólogo Maurizio Roncalli, ayudado por el profesor Adriano Toscanelli, quien trata de desentrañar el misterio que rodea a aquella mujer y para ello tendrá que remontarse varios siglos atrás y a lugares muy lejanos. Incluso recurrirá a los diarios de Johann Friedrich Glaser y Johannes Flückinger, unos médicos que, pese a su empirismo, terminaron por creer en lo sobrenatural. Con un ritmo que dosifica a la perfección el suspense, Bueno construye en ‘El vampiro de Silesia’ una novela de terror diferente con un tratamiento -ya lo decíamos- original de su eje narrativo: la figura del “no muerto”.
(FUENTE: arealibros.republica.com)
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