En un anuncio que es verdaderamente sorpresivo, la investigadora australiana Jenny Graves dio a conocer los resultados de un amplio estudio genético según los cuales los hombres se encuentran encaminados en un inevitable proceso de extinción que, según parece, culminará eventualmente con la supremacía demográfica de las mujeres.
Graves es académica de la Universidad de Canberra y una de las científicas más influyentes de su país.
Sus conclusiones se basan en la “fragilidad inherente” de la genética masculina en comparación con la femenina, que es, en varios sentidos, notablemente más saludable.
De entrada destaca que el cromosoma X, aquel que determina las características de la mujer, posee aproximadamente 1.000 genes saludables, mientras que el cromosoma Y, el que vuelve hombre a un embrión, solo posee poco menos de 100, cifras que se distancian todavía más por el hecho de que la mujer posee dos cromosomas X y el hombre solo un Y, por lo cual, en caso de que se presente una falla, ambos X tienen la capacidad de replicarse y repararse entre sí, lo que no sucede en el caso del cromosoma Y, que se encuentra solo en la estructura genética del hombre.
Según Graves, estas condiciones pronostican que el cromosoma Y terminará por desaparecer y, por lo tanto, con él, el ejemplar macho de la especie humana.
Si la predicción es correcta, esto ocurrirá dentro de 5 millones de años.
Pero como la naturaleza siempre se hace camino puede que esto no ocurra, pues ¿de qué forma se podría continuar con la reproducción si es que las mujeres también no mutan?
(FUENTE: contextotucuman.com)
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