La hermosa casa de tres pisos de estilo barroco francés que se encuentra en la calle Chaonei es una anomalía muy conocida en Beijing, China. En esta zona de la capital de China, hasta las más pequeñas propiedades se venden en millones de dólares, y sin embargo hay una mansión que permanece sin venderse y cada vez más arruinada. La razón por la cual nadie quiere ir allí: miedo a los fantasmas y a la muerte. Y eso que estamos en el siglo XXI.
La leyenda local dice que esta sorprendente mansión fue construida por la familia imperial Qing, como una iglesia para los residentes británicos de Beijing. En 1949, cuando los comunistas vencieron a los nacionalistas, el oficial de alto rango Kuomintang, que vivía en la casona, abandonó a su esposa dejándola sola frente al avance comunista. La mujer, devastada, se ahorcó dentro de la enorme vivienda.
Muchos creen que su atribulado espíritu está dando vueltas por la mansión desde entonces, y pocos se atreven a entrar en ella, especialmente durante la noche. Lo que era una impresionante construcción es ahora una sombra pálida de lo que fue, cubierta con graffitis advirtiendo a los valientes que quieran entrar que permanezcan afuera, y está llena de botellas de alcohol vacías y colillas de cigarrillos. A pesar de su excelente ubicación en el centro de Beijing, actualmente no hay planes para hacer nada respecto de esta construcción particular.
Las historias sobre fantasmas alejan a los potenciales compradores y ahora la mansión se encuentra en una lista de preservación histórica para que no sea demolida, sino renovada. Pero parece que todos están esperando el momento en que se desmorone sola.
(FUENTE: diarioveloz.com)
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