Por un tiempo lo llamaron “chupacabras texano”. Aparecía misteriosamente en las rancherías de Texas, a veces en algún pueblo. Un ejemplar muerto fue encontrado en 2009 y luego se le hicieron varias fotos a otros animales vivos huyendo; sobre ellas se especulaba.
Pero Phylis Canion, una nutricionista de Texas, tiene en sus manos un ejemplar sobre el que se realizaron ya estudios. Todos los misterios parecen haber sido resueltos por la ciencia. The Unexplained Files, una serie del Science Channel que se estrena hoy, dará la respuesta.
Lo que se sabe es que se trata de una subespecie; una mezcla de perro con lobo gris que evolucionó en el campo texano y adquirió piel y ojos azules profundos. No tiene pelo y cuenta con una piel de elefante; de las patas traseras sobresalen dos callosidades como las de los marsupiales.
Canion encontró la criatura en una calle cerca de su rancho en Cuero, Texas. “Cada vez que encontrábamos a una gallina muerta, tenía el cogote abierto”, dijo.
Canion había perdido 28 gallinas antes de encontrar el cuerpo del “perro azul”. No se parecía a ningún animal que hubiera visto antes. Pesaba unas 40 libras y “tenía ojos azules dilatados, un hocico con una mordida profunda, y piel más parecida a la de un elefante que a la epidermis de un can”.
El animal disecado ha sido sometido a estudios. Se sabe que tiene algo del perro doméstico, pero también mucho del lobo gris.
Un documental de National Geographic había comparado a los “perros azules” de Texas con el lobo marsupial (Thylacinus cynocephalus) e incluso lo había descrito con su par de callosidades de las patas traseras, “lo que sugiere que los misteriosos ‘perros azules’ son en realidad marsupiales”.
El especialista Don Jownes, que ha investigado a la subespecie desde 2004, escribió: “Pero, ¿es un marsupial? ¿Podría ser, como algunos expertos han sugerido Internet, un peculiar ejemplo de evolución convergente? ¿Habían evolucionado a partir de los marsupiales carnívoros de América del Norte y del Sur? La respuesta es no”.
Aunque el lobo mexicano se ha encontrado en Texas, su área de distribución no incluye Cuero, el pueblo donde se encontró el ejemplar. El lobo gris (C.lupus monstrabilis) alguna vez fue localizado en esa zona pero el último fue asesinado en 1942. Otra subespecie, el lobo de búfalo (C.lupus mubilis), habría sido aniquilado en 1926.
Lo que los estudiosos del “perro azul” sugieren es que no sabemos mucho, entonces, de estas especies. Es posible que algunas hayan sobrevivido a los humanos y que todavía ronden la región, entre México y Texas. Y de una mezcla de estas especies, habría nacido la subespecie de piel y ojos azules.
Algunos lo relacionaban con el xoloitzcuintle, esa raza canina con origen en México muy vinculada a la cultura mexica. Pero, ¿y las callosidades? ¿Y el color azul?.
(FUENTE: contextotucuman.com)
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