Tess y Savannah Scherkenback y Brynne Larson son típicas jóvenes estadounidenses de Arizona, que disfrutan de las artes marciales y la equitación. Pero algo las diferencia de la mayoría de los adolescentes: hacen exorcismos públicos y con frecuencia aparecen en programas de televisión.
Brynne, de 18 años de edad, conoció a las hermanas Tess y Savannah hace unos ocho años en una clase de karate.
"Nos caímos muy bien", dice Savannah, de 21 años. "Yo no sé cómo pero cuando uno está dándose puñetazos y patadas de alguna manera desarrolla lazos. Estábamos entrenando juntas, aprendiendo cómo luchar y cómo defendernos y defender a otros".
Ahora son cinturón negro de karate y, siguiendo su fe cristiana, batallan contra los malos espíritus o demonios, le dicen a la BBC.
Los demonios que nos acechan
Según las creencias de estas adolescentes, los demonios pueden poseer a un ser humano y causar sufrimiento, depresión o adicción.
"Un demonio no puede metérsele a alguien cuando quiere: Dios no lo permite", dice Brynne.
"Cuando alguien peca o hace o le hacen algo que permite que el demonio entre, eso se llama el derecho legal o la razón por la que está ahí".
Las chicas fueron entrenadas por el padre de Brynne, el reverendo Bob Larson, quien asegura haber realizado más de 15.000 exorcismos en su país y varios otros lugares del mundo.
"Cada país tiene un tipo específico de demonio", dice Tess, de 18 años, quien ama la música y la lectura.
Reino Unido, por ejemplo, es un caldo de cultivo para la "brujería", debido a la popularidad de los libros de Harry Potter de JK Rowling.
"Los hechizos y las cosas que la gente lee en los libros de Harry Potter no son inventados, son hechizos reales. Esas son cosas que vinieron de los libros de brujería", le explica Tess a la BBC.
¿Un mero espectáculo?
Las adolescentes se ven a sí mismas como "luchadoras por la libertad". Durante un exorcismo blanden cruces de plata y Biblias para enfrentar al supuesto demonio y obligarlo a volver al infierno.
Cuando salen al escenario, son recibidas como si fueran celebridades. Tras los aplausos le dicen al público que vienen con ganas de "patear a los traseros de los demonios".
Pero Brynne niega que se trata de una representación teatral.
"Honestamente, nunca he tratado de hacer ningún espectáculo, sólo estoy demostrando el poder de Dios".
Poniéndole precio
El mentor de las chicas, el padre de Brynne, no está de acuerdo con los críticos que dicen que es peligroso enseñarles a los adolescentes a hacer exorcismos.
"Nos parece bien que los adolescentes se emborrachen y tengan relaciones sexuales, pero si se trata de hacer cosas morales para Dios... eso sí no", dice Larson indignado en entrevista con la BBC.
Cuando él y las chicas realizan un exorcismo privado, pide una donación voluntaria de un par de cientos de dólares y rechaza la idea de que los servicios espirituales deben ser gratuitos.
"El dinero y los motivos salen a relucir cada vez que alguien se dedica a la obra de Dios", señala.
"La gente paga miles de dólares por ir a clínicas de rehabilitación de drogas o tratamientos psiquiátricos, pero persiste la idea de que la espiritualidad tiene que ser gratis".
"No es raro que los pastores promedio de las megaiglesias en Estados Unidos ganen hasta un millón de dólares al año. Le puedo asegurar que estamos muy lejos de eso", sostiene.
En sus mentes
El exorcismo es una práctica antigua y aparece en muchas religiones, pero muchos creyentes dudan de la existencia de los demonios.
Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, consideró la posesión espiritual como una ilusión neurótica, y los demonios, como "impulsos instintivos reprimidos".
Larson dice que les pide a los clientes que rellenen un cuestionario psiquiátrico antes de emprender un exorcismo privado para determinar si tienen algún problema de salud mental.
Anota que es importante que las personas con problemas de salud mental reciban atención médica y apoyo psicológico.
Seguir batallando
La madre de Brynne, Laura Larson, afirma que las chicas están sinceramente tratando de ayudar a la gente.
"Somos una familia que vive de acuerdo a nuestra fe", le dice Laura a la BBC, "y creo que las exorcistas adolescentes están haciendo algo significativo. Están comprometidas y defienden sus creencias".
Ella no fomentó activamente el que su hija Brynne se convirtiera en exorcista.
"Yo no quería impedir que hiciera exorcismos, pero tampoco la animé", recuerda. "Lo que pasó fue que sus amigas Tess y Savannah empezaron a capacitarse y ella me preguntó: '¿Puedo ir? Tengo muchas ganas de aprender' y, por supuesto que no le podía decir que no".
Tess, Savannah y Brynne fueron educadas en casa. En el caso de Brynne fue por la profesión de su padre.
"Teniendo que ir a más de 20 países y esas cosas, yo realmente no tenía tiempo para ir a la escuela, pero me sentaba en mi escritorio y estudiaba cálculo y leía todos mis libros", dice. "Es mucho mejor que ir a un salón de clase en una escuela vieja apestosa".
Ahora atenderán centros de educación superior, pero Tess, Savannah y Brynne no abandonarán su batalla espiritual contra lo que ven como las fuerzas del mal.
(FUENTE: bbc.co.uk)