Se suponía que habían existido, pero nadie, absolutamente nadie,había encontrado nunca evidencias de ello. Hasta ahora. Un equipo internacional de arqueólogos ha descubierto los restos de los primeros conos de cabeza en la ciudad de Amarna, construida por el faraón Akenatón y ocupada durante apenas 15 años (del 1347 al 1332 antes de Cristo).
El arte egipcio antiguo representaba con frecuencia a personas que llevaban sombreros con esta forma, pero nunca se había encontrado ninguno. Eso había llevado a algunos escépticos investigadores a dudar de lo que mostraban los dibujos, creyendo que eran detalles puramente simbólicos, como los halos otorgados a figuras religiosas en el arte cristiano. Y cuando el debate más se iba enconando, un hallazgo inesperado acabó de golpe con las incógnitas.
Conos
El arte egipcio antiguo representaba con frecuencia a personas que llevaban sombreros con esta forma.
Amarna contiene miles de tumbas, incluidas las de muchas personas que no formaban parte de las élites. Por eso los arqueólogos, en colaboración con el Ministerio de Antigüedades egipcio, eligió este sitio para obtener más detalles sobre la gente común del antiguo Egipto. Durante sus trabajos, dos encuentros sorprendentes, el primero en 2010 y el segundo en 2015, llamaron su atención.
El hallazgo inicial fue una tumba en la que su inquilino fue enterrado con un sombrero de cono en la cabeza. El siguiente caso era prácticamente igual. “Esto confirma que los objetos realmente existieron, aunque aún se desconoce por qué estos conos se incluyeron en los entierros”, escriben los autores del estudio publicado en la revista Antiquity .
La hipótesis que barajan los expertos del Proyecto Amarna es que estos accesorios podrían haberse utilizado para “purificar a los usuarios para que pudieran comprometerse con los rituales y las deidades de la otra vida”. Incluso podrían estar “conectados con ideas de fertilidad y resurrección”, añaden.
Una hipótesis popular era que se trataba de una pieza de grasa o de cera perfumada, tal vez con mirra. A medida que el cono se derretía, se liberaba el aroma. Incluso se ha encontrado cierta literatura egipcia antigua que sugiere que este proceso purificaría al usuario. Unas pruebas, cuyos resultados fueron publicados en el Boletín de Arqueología Experimental , no fueron todo lo exitosas que se esperaba para confirmar esta hipótesis.
"Cualquiera que sea la razón, los conos de Amarna brindan la primera oportunidad de investigar una importante tradición del antiguo Egipto que, hasta ahora, ni siquiera estábamos seguros de que existiera”, reconocen los arqueólogos.
El arte del antiguo Egipto representaba con frecuencia a personas que usaban sombreros con forma de cono. Durante alrededor de 1.500 años (entre el 1549 y el 30 antes de Cristo), las pinturas y esculturas mostraban a personas con estos objetos en la cabeza y en los lugares más diversos: banquetes, sitios de culto o en el más allá.
Banquetes, sitios de culto o el más allá
Pinturas y esculturas mostraban a personas con estos objetos en la cabeza y en los lugares más diversos.
A pesar de esta abundancia de referencias visuales, los investigadores nunca habían encontrado un cono de cabeza real, tangible. Los conos de cabeza fueron descubiertos en los cementerios de la ciudad de Amarna, construida como hogar del culto del dios sol Aten, cuya adoración exclusiva fue promovida por Akenatón para hacer frente al politeísmo egipcio tradicional.
Se suponía que habían existido, pero nadie, absolutamente nadie,había encontrado nunca evidencias de ello. Hasta ahora. Un equipo internacional de arqueólogos ha descubierto los restos de los primeros conos de cabeza en la ciudad de Amarna, construida por el faraón Akenatón y ocupada durante apenas 15 años (del 1347 al 1332 antes de Cristo).
El arte egipcio antiguo representaba con frecuencia a personas que llevaban sombreros con esta forma, pero nunca se había encontrado ninguno. Eso había llevado a algunos escépticos investigadores a dudar de lo que mostraban los dibujos, creyendo que eran detalles puramente simbólicos, como los halos otorgados a figuras religiosas en el arte cristiano. Y cuando el debate más se iba enconando, un hallazgo inesperado acabó de golpe con las incógnitas.
Conos
El arte egipcio antiguo representaba con frecuencia a personas que llevaban sombreros con esta forma
Amarna contiene miles de tumbas, incluidas las de muchas personas que no formaban parte de las élites. Por eso los arqueólogos, en colaboración con el Ministerio de Antigüedades egipcio, eligió este sitio para obtener más detalles sobre la gente común del antiguo Egipto. Durante sus trabajos, dos encuentros sorprendentes, el primero en 2010 y el segundo en 2015, llamaron su atención.
El hallazgo inicial fue una tumba en la que su inquilino fue enterrado con un sombrero de cono en la cabeza. El siguiente caso era prácticamente igual. “Esto confirma que los objetos realmente existieron, aunque aún se desconoce por qué estos conos se incluyeron en los entierros”, escriben los autores del estudio publicado en la revista Antiquity .
Representaciones de conos de cabeza egipcios antiguos, todas de Amarna
Representaciones de conos de cabeza egipcios antiguos, todas de Amarna (Antiquity)
La hipótesis que barajan los expertos del Proyecto Amarna es que estos accesorios podrían haberse utilizado para “purificar a los usuarios para que pudieran comprometerse con los rituales y las deidades de la otra vida”. Incluso podrían estar “conectados con ideas de fertilidad y resurrección”, añaden.
Una hipótesis popular era que se trataba de una pieza de grasa o de cera perfumada, tal vez con mirra. A medida que el cono se derretía, se liberaba el aroma. Incluso se ha encontrado cierta literatura egipcia antigua que sugiere que este proceso purificaría al usuario. Unas pruebas, cuyos resultados fueron publicados en el Boletín de Arqueología Experimental , no fueron todo lo exitosas que se esperaba para confirmar esta hipótesis.
Excavación en el cementerio del Norte (North Tombs Cemetery) en 2017
Excavación en el cementerio del Norte (North Tombs Cemetery) en 2017 (Amarna Project / Antiquity)
“Cualquiera que sea la razón, los conos de Amarna brindan la primera oportunidad de investigar una importante tradición del antiguo Egipto que, hasta ahora, ni siquiera estábamos seguros de que existiera”, reconocen los arqueólogos.
El arte del antiguo Egipto representaba con frecuencia a personas que usaban sombreros con forma de cono. Durante alrededor de 1.500 años (entre el 1549 y el 30 antes de Cristo), las pinturas y esculturas mostraban a personas con estos objetos en la cabeza y en los lugares más diversos: banquetes, sitios de culto o en el más allá.
Banquetes, sitios de culto o el más allá
Pinturas y esculturas mostraban a personas con estos objetos en la cabeza y en los lugares más diversos
A pesar de esta abundancia de referencias visuales, los investigadores nunca habían encontrado un cono de cabeza real, tangible. Los conos de cabeza fueron descubiertos en los cementerios de la ciudad de Amarna, construida como hogar del culto del dios sol Aten, cuya adoración exclusiva fue promovida por Akenatón para hacer frente al politeísmo egipcio tradicional.
La ciudad fue abandonada alrededor de una década después de la muerte del faraón, lo que significa que el asentamiento solo fue usado durante 15 años. A pesar de esta breve ocupación, la ciudad es extensa, abarca varios kilómetros cuadrados y presenta miles de tumbas. Sus ruinas atrajeron durante siglos la atención de los saqueadores, que asolaron los cuatro cementerios del sitio.
Esto dejó a los arqueólogos con la difícil tarea de reconstruir los entierros profanados. De ahí que los miembros del Proyecto Amarna hayan estado analizando esta riqueza de evidencias desde 2005. Trabajando para comprender la vida de los egipcios comunes, más allá de la élite gobernante, fue cuando aparecieron los entierros de una mujer de entre 20 y 29 años de edad y otra persona -de sexo indeterminado- que tenía entre 15 y 20 años cuando murió.
Dos tumbas
Aparecieron los entierros de una mujer de entre 20 y 29 años y otra persona de entre 15 y 20 años cuando murió.
Estos dos individuos aún mantenían en la cabeza fragmentos de los conos, lo que ha impedido que los arqueólogos reconstruyeran su forma total. Los investigadores utilizaron equipos portátiles para llevar a cabo varios tipos de espectroscopía (que estudia la radiación de los cuerpos incandescentes) no destructiva en estos accesorios.
Este análisis reveló que los objetos eran huecos y estaban hechos, probablemente, de cera de abejas. Sin embargo, contrariamente a las expectativas, hallaron poca evidencia de que tuvieran ungüento. lo que aún es difícil de saber es por qué se incluyeron los conos en estos dos entierros de Amarna.
(FUENTE: lavanguardia.com)
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