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domingo, 18 de octubre de 2015

Disfrazarse de “El Chapo” Guzmán, la moda para este Halloween



A finales de octubre y principios de noviembre, Joaquín “El Chapo” Guzmán invadirá todo el país: Un disfraz que incluye una máscara de látex de su rostro y una playera con su número de preso en la parte delantera y la leyenda “#Noerapenal de máxima seguridad” en la parte de atrás, es uno de los más vendidos para la temporada de Halloween y Día de Muertos.

“El propio ‘Chapo’ seguramente quiere disfrazarse del ‘Chapo’”, dice con ironía Diego Esponda, tercera generación de artesanos impulsores de la máscara de látex y director general de Grupo Rev, empresa 100% mexicana, que desde hace tres semanas elabora el disfraz del capo en una fábrica ubicada en Morelos.

En sólo dos semanas, dice, se han vendido tres mil 500 unidades pero “ahorita están lloviendo los pedidos.

“Hemos tenido mucha demanda en México, mucho en Estados Unidos, pero ahorita tenemos pedidos y demanda en Inglaterra, República Checa, Francia y Alemania”, afirma.

La máscara ya no se vende por separado, se vende el disfraz en conjunto y que tiene un precio comercial de 600 pesos.

El empresario de apenas 34 años, comenta en entrevista que la idea de diseñar una máscara del narcotraficante fugado del penal del Altiplano en julio pasado, nunca tuvo el objetivo de hacer apología de la violencia, del delito o del narcotráfico. Más bien, dice, es una crítica al gobierno y la idea del disfraz surgió justo tras la fuga del capo.

“Al principio nos pareció una idea descabellada. Teníamos un poco de temor. Pero luego pensamos que era sátira, una crítica para el gobierno del país, y decidimos ponerle humor, humor negro típico mexicano”, afirma Esponda.

Y relata cómo se concibió el diseño:

“Uno de nuestros diseñadores nos propuso la idea y decidimos poner manos a la obra. Primero pensamos en hacerlo calvo y sin bigote, tal como lo exhibió la PGR luego de que se escapó. Pero la gente no lo ubicaba.

“Hicimos pruebas y mandamos fotografías y la gente no lo identificaba. Así que decidimos hacerlo como cuando lo capturaron. Y ya luego nuestras diseñadoras de disfraces sugirieron que podría llevar una playera a rayas, como la tradicional de los presos, pero además, decidimos ponerle un número, el número real que tenía el Chapo en el penal y ponerle su nombre, y en la parte de atrás algo chusco, así que decidimos ponerle el hashtag del Mundial (Brasil, 2014) ‘#Noerapenal de máxima seguridad’”, dice sonriente en medio de un taller donde se hace el diseño final.

Héctor Bustos, egresado de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), fe quien diseñó la máscara.

Esponda reconoce que este tipo de trabajos siempre acarrea crítica, pero se defiende:

“Algunos dicen que hacemos apología de la violencia o culto a los narcotraficantes, pero eso no es cierto. En realidad, el disfraz del Chapo es una crítica al gobierno. Decir que hacemos apología sería como pensar que somos satánicos porque fabricamos máscaras del diablo, y pues eso es absurdo. No es así. Sólo le ponemos humor, hacemos crítica, caricaturizamos, hacemos sátira”, insiste.

Negocio familiar

Diego pertenece a la tercera generación de artesanos dedicados a la fabricación de máscaras de látex y disfraces. Su abuelo, un dentista de profesión, inició el negocio hace 50 años que actualmente emplea a unos 350 morelenses.

Un día lo invitaron a una fiesta de disfraces y se las ingenió para hacerse una máscara con látex y entonces vio que su invento podría tener éxito comercial.

Grupo Rev produce las máscaras y hace algún tiempo la familia creó otra empresa, Sponch Costumes, que se dedica a diseñar y fabricar disfraces para acompañar las máscaras.

Ahora, tienen una marca para la venta en Estados Unidos: Ghoulish.

Entre sus diseños destacan las máscaras de los expresidentes mexicanos, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y del actual, Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, reconoce Diego, en los últimos nueve años una de las más vendidas es la del líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Le siguen las de Salinas y Fox. Las menos populares son las de Calderón y Peña, reconoce.

“Ni (Felipe) Calderón ni (Enrique) Peña Nieto, vendieron. La verdad son personajes poco carismáticos. Calderón es gris. Y Peña Nieto, no vende como máscara”, sostiene el empresario.

Divertido relata que un día, cuando fabricaban máscaras de Salinas y Zedillo, en el sexenio de éste último, un día llegaron a la fábrica elementos del Estado Mayor Presidencial y detuvieron al personal y al gerente quienes pasaron una noche detenidos.

“Los interrogaron y todo. Al final, tuvimos que dejar de producir la máscara, porque dicen, estábamos dañando la imagen presidencial”.

Recuerda también que a finales de sexenio de Vicente Fox el semanario Proceso publicó en su portada una fotografía en la que aparece una máscara del guanajuatense fabricada por ellos.

De la popular máscara del “Chapo” confiesa que no pensó que “fuera a pegar tanto” a pesar de que se han registrado fenómenos similares como en 2001 con la máscara de Osama Bin Laden, el líder de Al Qaeda que encabezó los ataques a las torres gemelas.

“Seguramente después de las festividades de Halloween y Día de Muertos, dejaremos de producir este disfraz (del Chapo). Mantendremos algo de inventario, porque seguramente habrá quien se quiera disfrazar del Chapo cuando lo agarren por tercera vez. Si lo agarran”, concluye divertido.

(FUENTE: proceso.com.mx)

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