Publicidad

viernes, 29 de noviembre de 2013

Cinco lugares de Moscú habitados por espíritus malignos



El hospital abandonado de Jórvino está incluido en la clasificación de ‘los lugares más aterradores del planeta’. Chernóbil está solo unos puestos por delante de él. En 1981 se inició la construcción de un hospital de gran envergadura: 1.500 plazas, una policlínica, un laboratorio y un helipuerto. Pero, como se vio más adelante, el lugar elegido no fue el más acertado. El terreno no soportó el peso y este hospital (de enormes dimensiones) comenzó a hundirse lentamente en el subsuelo. Finalmente, se detuvo la obra.

Actualmente, las autoridades locales aún no han decidido qué hacer con el edificio. Pero los satanistas sí que le han sabido sacar partido. Cierta secta se ha responsabilizado de la desaparición de personas y animales en Jórvino. Al parecer los miembros de la secta utilizaban perros y mendigos en sus rituales de sangre.

Corre en Moscú una leyenda sobre una redada que la policía llevó a cabo contra los satanistas, donde acabó acorralándolos en un túnel y abriendo fuego contra ellos, de lo que estos se alegraron enormemente, pues de ahí salieron directos a los brazos del señor de las tinieblas. Las noches frías de invierno aún se puede oír cómo cantan a coro dentro del túnel.

Cada año, decenas de adolescentes imprudentes en busca de aventura acaban rompiéndose allí una pierna, un brazo e incluso el cuello. El lugar se ha convertido en un destino de peregrinación para góticos, punkis, emos y otras subculturas.

El hospital está plagado de agujeros, fosos, huecos de ascensor abiertos, hierros sueltos... Con frecuencia, la policía tiene que rescatar a los ‘aventureros’ que se esconden de los vigilantes dentro del sistema de ventilación del sótano o la azotea. El fantasma del hospital del que más se habla es Alexéi Kraiushkin, que saltó desde el tejado por un amor no correspondido. En una de sus plantas hay una especie de monumento conmemorativo; se trata de una pared completamente cubierta de grafitis en los que se repite mayoritariamente el siguiente mensaje (tanto en prosa como en verso): “Te recordamos y te lloramos”.


Ostánkino
En este barrio, cuyo nombre deriva de la palabra ostanki (que en ruso significa restos), hay una torre de televisión que se edificó sobre un antiguo cementerio. Hace 500 años apareció en este lugar por vez primera la famosa anciana de Ostánkino. Se le apareció al entonces propietario de la aldea homónima, un terrateniente apellidado Satin, a quien prohibió labrar la tierra para no incomodar a los muertos. El terrateniente ahuyentó a la vieja y cultivó la tierra, tras lo cual cayó en desgracia y fue ejecutado.

Más adelante, la anciana se le apareció al emperador Pablo, a quien anunció que no viviría hasta la primavera... y así fue.

También a Alejandro II durante una visita, a quien dijo que sería asesinado por un ateo... y el emperador murió a manos de la organización Naródnaya Volia (o ‘La voluntad del pueblo’ en español).

En octubre de 1993, unos días antes de perpetrarse un asalto al canal de televisión, la anciana volvió a aparecerse en Ostánkino para advertir de que allí se podía oler la sangre. En efecto, el olor no tardó en hacerse sentir.

También hubo testigos que vieron a la anciana antes de un incendio que asoló la torre de televisión de Ostánkino.


La mansión de Beria, en la calle Málaya Nikítskaya n.º 28
Cuenta la leyenda que el ministro de Asuntos Internos de Stalin solía acompañar hasta aquí a chicas guapas que se encontraba por las noches en las calles de Moscú. Por la mañana, después de haber deshonrado a estas hermosas jóvenes, les disparaba y se comía sus cuerpos, o bien los ocultaba en el sótano.

Ahora, en esta funesta casa—que alberga la embajada de Túnez—, se pueden oír ruidos en los pasillos por las noches o cómo alguien desparrama documentos de la caja de seguridad, aunque nunca se ha visto a nadie.


Monasterio de San Juan Bautista en el callejón Mali Ivanovski
Aquí estuvo recluida durante más de 30 años Daria Saltykova, coloquialmente conocida como Saltichija, que asesinó brutalmente a 74 ‘almas’ (aunque esta cifra solo corresponde a los casos demostrados). Ekaterina II dijo en su momento que Saltichija no tenía derecho a llevar el nombre de una mujer y que en su lugar debería ser considerada como una aberración de la raza humana.

Incluso estando en prisión, Saltichija conservaba su mal carácter; a pesar de no poder torturar, matar o quemar a sus víctimas, maldecía y escupía a través de las rejas. Y allí fue donde murió, en el calabozo. Se cree que el fantasma de Saltichija se sigue apareciendo en los alrededores del monasterio. El encuentro con ella augura una muerte inminente.


Teatro Pushkin, en Tverskoi Bulvar
El teatro Kámerny, fundado por el director Alexánder Tairov, fue reconstruido en los años 50.

Como resultado de estas reformas, la nueva parte del edificio quedó emplazada sobre el cementerio de la iglesia de Juan el Apóstol. El propio Tairov no llegó a verlo, pero se dice que su viuda, la actriz Alisa Koonen, maldijo el teatro y después falleció.

De repente la situación dio un vuelco: las representaciones fracasaban, el público abucheaba a los actores o, directamente, dejó de ir al teatro... Además el espíritu de Koonen se paseaba por los pasillos. En 1991 el local fue bendecido y , según la creencia, el fantasma desapareció. Se dice que antes de esto, durante un espectáculo, apareció de pronto una mariposa tropical de belleza sobrenatural que voló sobre el escenario para luego desaparecer. En seguida se extendió el rumor de que se trataba del alma de Koonen, que había vuelto para despedirse del teatro.

(FUENTE: rusiahoy.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails