Un parque de atracciones, una chica asesinada en la Casa Embrujada cuyo fantasma aún ronda por allí, un caso de asesinato sin resolver… son elementos perfectos para una gran novela de terror, pero “Joyland” no lo es. No estamos ante la típica historia de terror que intenta estremecer al lector, estamos ante una novela corta más profunda que trata sobre todo del paso a la madurez, la muerte (en especial aquella que llega antes de tiempo), el amor, la amistad y el por qué algunas personas tienen ese don especial para ver más allá de la realidad que nos rodea. Stephen King combina todos estos elementos junto con el misterio y la intriga en su peculiar homenaje a la novela negra.
En esta ocasión Stephen king se aleja un poco de su querido Maine para trasladarnos a la ciudad costera de Heaven's Bay, en Carolina del Norte. Allí Devin Jones, el joven protagonista de la historia, se pasará todo el verano de 1973 (y parte del invierno) trabajando en el parque de atracciones de Joyland para pagarse los estudios universitarios. Seremos testigos de todos los cambios que se producirán en su vida durante ese verano. Stephen King dedica gran parte de la novela a contarnos cómo es el día a día de Devin en el parque de atracciones, introduciendo de lleno al lector en el mundo (y la jerga) del feriante. En esta parte King se recrea a gusto, dando al lector tiempo para conocer en profundidad al protagonista de la historia y el entorno en el que sucederá la acción de la novela. Devin Jones enseguida se interesará por el crimen que tuvo lugar en la Casa Embrujada del parque de atracciones, comenzando una investigación por su propia cuenta para encontrar al asesino, y albergando la esperanza de poder ver al fantasma de la chica asesinada. Sin duda será un verano que marcará un antes y un después en la vida de Devin, quien sufrirá su primer desamor, perderá la virginidad, y comenzará una gran amistad con un chico enfermo que acepta su inevitable final, cuyo don especial, una especie de “resplandor” que le acerca al mundo del mas allá, será clave para atar todos los cabos sueltos del misterioso asesinato.
Con “Joyland” Stephen King ha querido hacer un guiño a la novela negra, pero sin dejar de lado su particular estilo narrativo. Además, el libro está dedicado a Donald Westlake, un gran escritor estadounidense de novela negra fallecido en 2008. Por otra parte, en Estados Unidos “Joyland” ha sido publicado por el sello editorial Hard Case Crime, creado en 2004, cuyo objetivo es recuperar clásicos de novela negra y narrativa pulp.
“Joyland” es sin duda un buen libro, sobre todo para el verano. Es una novela que se aleja de las típicas historias de fantasmas para ofrecer algo más profundo, pero dudo que se recuerde como una de las grandes novelas del que es considerado el rey del terror, al menos en España ha pasado un poco desapercibida, pero el tiempo lo dirá todo.
(FUENTE: vegamediapress.net)
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