La hija del muralista Diego Rivera, Guadalupe, presentó su libro Los círculos de los dioses en donde sostiene que la pieza es una maqueta de una nave espacial.
Todo inició en 1970 cuando Guadalupe Rivera realizó un viaje de trabajo a la Sierra Gorda de Querétaro para trabajar en el Programa Mazahua Otomí del gobierno del Distrito Federal, y debía ubicar los sitios de donde venían las 'Marías' (indígenas) que llegaban a la Ciudad de México.
Así comenzó su relato la hija del muralista Diego Rivera, quien sostiene que el Calendario Azteca es la maqueta de una nave espacial.
"En El Bizarrón se detuvo el vehículo donde viajábamos y vimos venir lo que yo creí una nave espacial, del Poniente hacia el Oriente, donde estábamos nosotros", relató.
Entrevistada, la escritora señaló que "era una bola roja, y a partir de entonces comencé a estudiar qué era eso que se aparecía y conocía bien sobre la franja que va del Océano Pacífico al Golfo de México, a la altura de donde se localiza el Estado de Guanajuato".
Al abundar en su relato, dijo que en esa zona que atraviesa el país, la gente conoce esas bolas como "Brujas rojas". "Sin embargo, yo siempre pensé que eso debía ser una nave espacial. Más adelante pensé que era la Serpiente Emplumada. Entonces recordé uno de mis libros favoritos, el Popol Vuh".
Recordó que en este último encontró el relato de que un Dios llegó y se paró sobre las aguas. Y sus plumas verdes y rojas iluminaron las aguas.
"Los que salieron de ahí movieron las montañas, secaron los ríos y devolvieron a la Tierra la capacidad de hacer que crecieran las plantas", añadió enseguida.
Entonces, señaló la entrevistada notoriamente emocionada por sus recuerdos, pensó que el libro se refería a naves espaciales, porque no había humanos que pudieran hacer toda esa labor. "Hice una asociación: En el Popol Vuh hablan de una Serpiente Emplumada, y en el Calendario Azteca también hay una".
Al dedicarse con detenimiento a observar y estudiar el Calendario Azteca, ella descubrió 'que las dos serpientes están alrededor de esa piedra monumental y que luego están otros personajes. Con esa idea desarrollé la hipótesis de que el Calendario Azteca es la maqueta de una nave espacial', dijo convencida.
De ahí le surgió la idea de escribir una novela "sobre la Sierra Gorda, sus personajes, y cómo ellos buscan a las naves y las encuentran en cuevas de la misma Sierra".
Es "Los círculos de los dioses", que anoche dio a conocer y para ello invitó a María Luisa "La China" Mendoza y Brian Nissen, escritores.
"Concluí, junto con mi hoy difunto esposo, de que el Calendario Azteca es una maqueta de una nave espacial", reiteró Rivera, quien en ese entonces no se atrevió a difundir sus ideas porque sus amigos sicoanalistas le aconsejaron que no siguiera desarrollando esas ideas porque la tomarían por loca.
"Ahora que ya hice una carrera política y administrativa, que ya tengo una personalidad bien identificada en la vida política de México, hoy me doy el lujo de comentar lo que pienso desde hace 40 años sin que me tilden de loca", subrayó convencida.
En su investigación incluye un llamado a la defensa de la cultura prehispánica, nuestros pueblos y tradiciones.
"Todos los pueblos de América, sobretodo los mesoamericanos, debemos darnos cuenta que este territorio fue cuna de culturas tan antiguas y tan importantes como la china, la hindú, y la tibetana".
Las nuestras fueron grandes civilizaciones desaparecidas, añadió la entrevistada, "y hoy mi deseo es que se cree esa inquietud por decir que si es cierto que vinieron extraterrestres, cómo nos trajeron la cultura, hasta dónde hemos llegado y por qué dejamos de ser tan importante como los egipcios".
Ella considera que merecemos ser tan importantes en la historia de la humanidad como son los egipcios, 'pero nadie nos hace caso'. A los aztecas se les ve como sanguinarios, y los Atlantes de Tula pudieran ser cosmonautas; lo importante es que veamos que la América Indígena fue una cultura a la altura de la India'.
Lamentó que nadie habla de las altas matemáticas que desarrollaron los mayas, ni de los sistemas cosmogónicos de los teotihuacanos, pero ella, en su investigación, sí habla de esas cosas. Su interés que "'quienes llevan sangre indígena tengan conciencia de que fuimos tan grandes como las civilizaciones que hoy se toman como modelo".
(FUENTE: eñuniversal.com.mx)
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