Este martes pasado, a la mañana, Schwartz (70), de profesión carnicero, encontró una vaquilla muerta en su campo de 15 hectáreas ubicado en la zona rural de Rocamora, distante a nueve kilómetros al oeste de Basavilbaso. El animal, de un año y medio, y de un peso aproximado de 350 kilogramos, era uno de las veinte que pastaban en el lugar, pero sin motivos aparentes yacía en el suelo, muerto y con mutilaciones de partes blandas (lengua, un ojo y parte de una oreja) y todo sin rastro de sangre.
El hombre no encontró en el lugar nada raro, incluso el resto de la hacienda, que no presentaba ningún problema, pastaba en el lugar hasta que las retiró. “Nunca vi algo igual, el hueso está limpito, como si la extracción del cuero y la carne se hubiesen producido mucho tiempo atrás”, explicó.
En reiteradas oportunidades se han relacionado las apariciones de objetos voladores no identificados (OVNIs) con la muerte o desaparición misteriosa de animales en determinadas zonas. A partir de 1974 comenzaron a publicarse noticias sobre casos de animales muertos misteriosamente en diversos puntos de Estados Unidos.
A muchas de las víctimas les faltaba algún órgano (oreja, lengua, nariz, rabo u órgano reproductivo) mutilado con aparente precisión. Además los animales muertos aparecían completamente sin sangre, como si su cuerpo hubiese sido secado con una aguja.
El “chupacabras”, la leyenda continúa
La leyenda del “chupacabras” no es moderna, tiene orígenes inmemoriales en la historia de los pueblos. La primera, aunque poco fiable referencia del tema, data del año 800 AC.
Hay datos sobre apariciones de monstruos, que actuaban del mismo modo en Mongolia, China, Escocia, India, EE. UU.
También hay grabados y crónicas mayas, incas y aztecas, que nos cuentan de éste extraño ser y de los estragos que causaba en la población animal.
Pero fue a partir de 1974 cuando comenzaron a publicarse noticias sobre casos de animales muertos misteriosamente en diversos puntos del continente americano.
Este extraño ser debe su identidad actual a Pedro Cabiya, granjero de Puerto Rico, quien lo bautizó como “chupacabras” debido a que estos animales eran encontrados muertos y literalmente desangrados.
Los casos insólitos de aparición de animales mutilados, también ocurrieron en una vasta zona rural de la Argentina. El “chupacabras” apareció en junio de 2002. El primer hallazgo fue en el establecimiento “La Reserva”, ubicado a unos veinte kilómetros de la ciudad de Pringles, en un campo donde se encontró un vacuno con mutilaciones en varios órganos, en el cual se observaba claramente un corte circular alrededor del ano de unos diez centímetros de diámetro, operación que aparentemente fue efectuada para sacar parte del recto.
En la parte delantera faltaban los maceteros del músculo del maxilar, la lengua, los ganglios maxilares y un pedazo del labio inferior.
Los casos de este raro fenómeno se repitieron durante un mes. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Tandil cerraron para siempre el caso. El famoso “chupacabras”, no era tal sino que solo se trataba de una especie singular de ratones rojizos, colilargas, que mutilaban a vacunos muertos.
Sin embargo, la aparición de animales mutilados no cesó y nuestra zona no fue la excepción.
(FUENTE: aimdigital.com.ar)
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