Una enorme luz en la oscuridad del cielo atrajo la atención de Pablo Martínez a las 05:00. Era un objeto circular que se movía en varias direcciones. No era un avión, tampoco un helicóptero sobrevolando la urbanización Puerto Azul, norte de Guayaquil, donde reside.
Entonces, Pablo, de 69 años, agarró su celular para grabar al aparato que lo desveló cuando se aprestaba a orinar a esa hora de la madrugada. Son 47 segundos que dura el vídeo que captó desde el baño de su casa. De abajo hacia arriba, de atrás hacia adelante, la nave circular y luminosa estaba a unos 1.000 kilómetros de distancia, calcula el testigo.
“Pensé que era un avión, pero cuando vi que el objeto se movía en formas raras me pareció extraño. Incluso los perros no paraban de ladrar”, recuerda con asombro Pablo.
A pesar de que tenía la sospecha de que era un platillo volador, por su forma y porque emitía luces de colores verde, rojo, amarillo y blanco, llamó a su esposa para que también observará al objeto esférico, ya que quería corroborar que no era una alucinación producto del sueño.
“Esta es una de las evidencias más fuertes y certeras en Guayaquil. No hay ningún truco. Se ve claro cómo un objeto no identificado hace movimientos extraños”, afirmó el investigador de fenómenos paranormales y ufólogo Ronald Chávez, quien analizó el vídeo grabado en octubre de 2017.
Pablo se quedó sentado en el inodoro observando el ovni hasta que este se perdió con el amanecer. “Nunca se movió de ese lugar. Siempre estuvo allí haciendo los mismos movimientos raros”, mencionó.
Pero en noviembre pasado, nuevamente en el mismo sector de la ciudad y en la madrugada, otra nave no identificada realizó los mismos movimientos en el cielo, aseguró el guayaquileño, quien no es ajeno a este tipo de experiencias.
El objeto volador estaba en el mismo punto y a la misma hora, cerca de las 05:00, pero con la diferencia que estaba más alejado.
“Asimismo, me levanté a orinar y cuando levanté la mirada vi el objeto. Me quedé viendo desde la ventana y estaba más lejos. Se parecía mucho a la misma que grabé (en 2017) porque tenía las mismas luces y se movía igual”, aseguró.
Chávez contó que los alienígenas buscan los lugares apartados y que sea de noche para evitar el contacto con los seres humanos. “Ellos buscan sitios desolados y con naturaleza para recargarse de energía, que es lo que buscan aquí en la tierra”, explicó.
“Toda mi vida he visto platillos voladores, ya sea en Ecuador o en el extranjero. Es una constante desde que era pequeño. Ante esto me siento impotente al saber que siempre los he visto y no puedo acceder a ellos”, comentó Pablo.
Solo de noche salen
Este tipo de platillos voladores, con las mismas características, también han sido visualizados en la zona de la provincia de Imbabura. En agosto pasado aparecieron tres días seguidos a las 03:00, según el investigador de temas paranormales y tecnologías ancestrales, Byron Carranco Vela.
“Aquí en la zona de Imbabura es típico verlas a partir de las tres de la mañana. Aparecen con un gran destello de luz, empiezan a dar vueltas en el mismo punto hasta que se desaparecen con el amanecer. Esas naves con esas mismas luces suelen aparecer por aquí en Ecuador”, afirmó el investigador que reside en Imbabura.
Las naves circulares con luces blancas, verde, rojo y amarillo, como la que grabó Pablo Martínez, suelen aparecer en la madrugada para buscar recursos, según Carranco. “Salen en la madrugada para trabajar y no ser molestados. Por eso que el señor (Pablo Martínez) solo la ha visto de noche”.
(FUENTE: extra.ec)
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