Halloween es una buena disculpa para hacer un viaje. La fiesta de las brujas es disculpa para sacar de los rincones más escondidos brujas, leyendas y ritos. Noruega da la bienvenida al invierno con la celebración de la fiesta de Halloween. Y lo hace con una serie de actividades como paseos nocturnos o visitas a museos que buscan acercar al turista al país nórdico.
En Oslo se organizan paseos organizados nocturnos recorriendo las calles del antiguo centro de la ciudad, Kvadraturen, y los alrededores de la Fortaleza Akershus, pues la leyenda cuenta que la fortaleza es frecuentada por el fantasma Malcanisten, un gran perro de pelo negro que protege el pasadizo que conduce al corazón de la fortaleza y va acompañado de un caballo.
En Bergen se dice que el espíritu de Anne Pedersdotter anda suelto por la calles de la ciudad aterrorizando a todo aquel que se cruce en su camino. Anne es la bruja más famosa de Noruega, pues desde su muerte se avivó la caza de brujas en Noruega y hasta finales de año cuenta con una exposición en su memoria en la Torre de Rosenkrantz.
Cerca de Geiranger, se encuentra el hotel Union Oye, uno de los hoteles de madera más famosos de Noruega y abierto desde 1891. Este hotel era de los más frecuentados por jefes de estado y aristócratas a comienzos del siglo XX. Los Reyes de España tienen su propia habitación en este hotel histórico.
En Oslo el Museo Ullensaker organiza, como cada año, una fiesta infantil a la que los niños deben acudir disfrazados y con una calabaza customizada. El museo tiene preparados una velada de terror con sorpresas y juegos para ellos.
(FUENTE: 20minutos.es)
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