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viernes, 7 de octubre de 2011

Lluvia de estrellas fugaces iluminará los cielos el sábado 8 y el domingo 9 de octubre



La noche del sábado 8 al domingo 9 de octubre se producirá la lluvia de meteoros de las Dracónidas. Según señalaron los expertos, se espera que sea la de mayor intensidad desde 2002, con una actividad hasta siete veces superior a la registrada por las perséidas el pasado mes de agosto. Además, indican que no se espera una de igual intensidad en los próximos diez años. 

El Grupo de Astrofísica Extragaláctica e Investigación Astronómica (GUAIX) de la Universidad Complutense de Madrid, apuntó que las 22.00 horas (hora peninsular española) será cuando el fenómeno alcance el máximo de actividad, aunque explicó que aquellos que quieran observar la lluvia pueden hacerlo desde las 18.00 horas. 

En este sentido, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)señaló que se espera un primer máximo entre las 18.00 horas y 21.00 horas, que correspondería a los restos dejados por el cometa antes de su descubrimiento en 1900 y produciría del orden de 50-100 meteoros/hora. Posteriormente se registrará un segundo máximo, a partir de las 22.00 horas, con una tasa estimada de 600-800 meteoros/hora. Este segundo máximo estaría producido por los restos que el cometa generó en 1900 y 1907. 

Los científicos señalan que “la mejor forma de disfrutar de la lluvia de estrellas” es a simple vista, sin prismáticos ni telescopios, y en una posición cómoda que permita ver el mayor campo de cielo posible. Cualquier punto de observación (playa, terraza o campo) es bueno, siempre que tenga un horizonte despejado hacia el Noroeste y esté alejado de luces brillantes. En este caso, además, éste último consejo es “muy importante” ya que la lluvia coincide con la Luna en su fase llena. 

El IAC ha explicado que este fenómeno se produce porque la Tierra atravesará este sábado varias nubes de polvo producidas por el cometa 21P/Giacobini-Zinner entre 1873 y 1907. Los granos de polvo que dan lugar a las Dracónidas son de pequeño tamaño (menores que 1 milímetro de diámetro), y entran en la atmósfera de la Tierra a bajas velocidades (unos 20 kilómetros por segundo), lo que hace que los meteoros sean poco brillantes comparados con otras lluvias de estrellas. 

Entre los datos que se han recogido de otras lluvias intensas, los científicos destacan los recogidos en 1933 y 1946, en los que se llegó a registrar máximos de 10.000 meteoros por hora. 

Para los expertos, este evento es de “gran interés científico” ya que permitirá estudiar la actividad del cometa 21P a su paso por el perihelio; determinar con mayor precisión la órbita del mismo; mejorar los modelos de predicción de lluvias de meteoros; evaluar el riesgo de este tipo de lluvias para los satélites que orbitan la Tierra; e incluso estudiar la composición de los meteoroides. 

(FUENTE: correodelorinoco.gob.ve)

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