La propiedad privada más cara del mundo está abandonada. Tras tres años de construcción, Mukesh Ambani, el noveno hombre más rico del mundo según la revista Forbes y dueño de la fastuosa torre Antilia, considera que da "mala suerte" mudarse a ese recinto.
Según apunta ‘The New York Time’, el motivo por el que la familia no se decide a trasladarse a Antilia es que tanto Ambani como su mujer y sus hijos consideran que este edificio no sigue la tradición hindú de arquitectura, el Vastu Shastra, una ciencia milenaria hindú sobre el diseño, la arquitectura y la construcción y que debe seguir las pautas de ordenación del universo para una vida plena.
Una construcción polémica
Esta torre tuvo un coste de más de mil millones de dólares, cuenta con tres helipuertos y seis plantas de aparcamiento donde caben más de 150 vehículos, además de jardines verticales en su fachada. Esta estrambótica construcción tiene 27 pisos que suman 173 metros de alto además de comodidades como sala de cine, gimnasio, piscinas, salón de baile y zonas deportivas.
Aunque la familia no se ha mudado al lugar, la torre no está en total desuso. Según la publicación, en ella los dueños han celebrado desde proyecciones de cine hasta obras de teatro y pretenciosas comidas que han conseguido llenar sus salones. Eso sí, todo acompañado siempre de una corte de sirvientes que se encargan de que en cada 'acto' esté todo impecable.
Eso sí, tras las fiestas, sus propietarios se vuelven a su casa 'oficial' a dormir -la torre 'Sea Wind', de 14 pisos donde Ambani y su familia viven con su madre, su hermano y parte de la familia de este-. Eso sí, pese a estar vacío por las noches, Antilia se mantiene iluminada, tanto por dentro como por fuera.
(FUENTE: noticias.terra.com.pe)
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